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El Telégrafo
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Quitumbe empezó con rap flamenco y timba bien cubana

Quitumbe empezó con rap flamenco y timba bien cubana
04 de diciembre de 2011 - 00:00

Pasadas las nueve de la noche el frío invadía los alrededores de Quitumbe. De las 12 mil personas que habían acudido a ese recinto se escuchaba el grito: “¡Mala, Mala, Mala!”.

Y tras el clamor la rapera española Mala Rodríguez apareció en el escenario. El momento esperado por sus seguidores había llegado. Y ella irradiaba una volátil mezcla de sensualidad y rudeza sobre las tablas.

Apareció ataviada por una blusa y un ajustado pantalón azul oscuro, que dibujaba su silueta, más tacones rojos y un cabello azabache, del que sobresalía un cerquillo. Sus hombros descubiertos dejaban ver el tatuaje de una corona cadavérica.

Con ese aire femenino y a la vez de “mala”, soltó una voz enérgica canciones que combinaban hip hop con flamenco. “¿Dónde están mis mujeres?” no dejaba de repetir durante su presentación.  “Curva peligrosa, tócame la cintura y cosa disfruta...” decía en su canción Yo no mato el tiempo.

El clima gélido y lluvioso que había reinado durante horas en Quito, parecía pasar a un segundo plano con la jerezana de 32 años. Nuevamente pregunta: “¿Dónde están mis mujeres? y agrega: “Por qué no están acá? Sube que yo no voy a bajar a buscarte”.

4-12-11-espect-mala-rodriguezLa respuesta fue inmediata, 15 chicas con gran energía saltaron el cerco. Junto a la española  coreaban: “jalea, jadea, jalea”.

El sueño estaba cumplido para ese grupo de chicas frenéticas.  Cuando bajaron de la tarima, Érika, una de ellas gritaba: “eres mi ídolo Mala”. Mientras, Mala Rodríguez les respondía “Gracias mis mujeres bellas de Quito”.

Llegó el turno de llamar al público masculino. “¿Dónde están los hombres? Escucha esto...”, advierte Mala Rodríguez con una sonrisa de “femme fatale”. Y de inmediato entonó  los estribillos: “Mírame a los ojos si me quiere matá… Na na na yo no te voy a dejá...”. Mala Rodríguez justificaba su actitud ruda al público con un: “a mí me criaron fuerte”.

Tras una hora de show, la jerezana se despidió con su canción La niña, la más flamenca y suave de la noche, acompañada por Miguel Zamora en la guitarra y consola, más el baterista Daniel Domínguez.

La cantante, que desde 1999 registra ocho discos, había calentado la feria de Quitumbe, que empezó con grupos como Rockola Bacalao, conocidos como “la banda más chimba” y Guerrilla Clicka. El funk en evolución  de Guerrilla Clika creció y los Rockola aceleraban los acordes con temas como “Aquí me huele a pescao”.

Pasadas las diez de la noche y tras la intervención de Mala Rodríguez, los cubanos Van Van subieron al escenario para ofrecer su timba (el estilo de salsa de su país). Era el momento de bailar con ellos.

La orquesta que hace más de 40 años fundó el bajista cubano Juan Formell sabe cómo armar una fiesta en la tarima con 15 músicos.

De ellos destacaba Yenisel Valdez (o Yenny como la conocen sus seguidores), quien era la única voz femenina de la orquesta. Su contraparte era el cantante Roberto Hernández, “Guayacán”. Ellos contagiaban a los asistentes con sus voces.

El público cubano no podía faltar en la presentación de sus compatriotas salseros. Se mezclaban con los ecuatorianos, quienes también improvisaron una pista de baile “al Son que ya llegaron Los Van Van”, como decían los músicos.

A la medianoche, la gente se iba satisfecha del recinto. Se iba con esa variedad de ritmos en una sola noche. Hoy tocarán los argentinos Babasónicos en la segunda jornada, pero esa será otra historia.

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