Un día de 1993, Prince decidió aparecer públicamente con la palabra “slave” (esclavo, en inglés) escrita en su mejilla. ¿Quién manejaba las cadenas del artista? Según él, su discográfica en aquel momento era Warner Bros y le molestaba tanto la apropiación que habían hecho de su obra que hasta decidió cambiarse de nombre. “Prince es el nombre que me dio mi madre (Mattie Shaw) al nacer”, dijo aquella vez, en referencia a la banda Prince Rogers Trio en la que tocaba su padre John Lewis Nelson.

Prince, quien fue hallado muerto el jueves pasado en el ascensor de su estudio (situado en su residencia Paisley Park de su natal Minneapolis), explicó: “Warner Bros tomó su nombre, lo convirtió en una marca y lo usó como herramienta de mercadeo para promover toda la música que escribí”. El fallecido ‘genio púrpura’ eligió como nombre un logo al que llamaba “Love Symbol” (“nací como Prince y no quería adoptar otro nombre convencional”, añadió).

De hecho, no era el único nombre con el que se conocía al multiinstrumentista nacido el 7 de junio de 1958. Hubo un tiempo que se hacía llamar TAFKAP, una sigla que significa The Artist Formerly Known as Prince y en español se traduce como “el artista que antes era conocido como Prince”.

Prince no solo era un prodigio de la música, tan camaleónico como David Bowie (fallecido en enero pasado). También se caracterizó por sus conflictos con la industria musical, que incluyo fugaces idilios con Internet y luego bloqueos de sus obras en portales como eBay o YouTube. Tuvo brevemente cuentas de Twitter y Facebook. Las cerró en cuestión de meses. Retiró su música de Spotify, Deezer y Pandora.

Aunque por 18 años estuvo peleado con Warner Bros. volvió a firmar con ellos en 2013, que daba la pauta a los críticos y fans de un ser complejo y contradictorio, aunque lo único que dejaba claro era su intención de controlarlo todo, con sus reglas, sin ataduras.

Prince, quien heredó el talento de musical de sus padres y fue autodidacta (a los 7 años componía con el piano), publicó 39 discos. Empezó su carrera en 1976, pero recién dos años después grabó ‘For you’ en California. Fue su primer álbum que tuvo poca repercusión.

Aunque creció en un ambiente de jazz, era difícil encasillarlo en un solo género porque cada disco fue impredecible. Un ejemplo es que ‘Purple Rain’ (1984), su disco más famoso que fue la banda sonora de la película homónima en la que él fue protagonista, tenía rock, pero el siguiente ‘Around the World in a Day’ (1985) que tuvo ecos árabes, psicodelia y existencialismo. Incluso su disco ‘1999’ (1982) tenía un tinte futurista, pero con mucho funk, synthpop y soul.

Su estilo de tocar la guitarra recordaba mucho a Jimi Hendrix, mientras que el resto de su performance en el escenario dejaba ver influencias de James Brown y parte de eso tiene que ver con su forma de vestir. Fusionaba el glam de los 70 idealizado por Bowie y el funk que tenía base andrógina. Prince era más bien provocador, a diferencia de Bowie que era más conceptual. Jugaba mucho con su orientación sexual. En 1988 apareció desnudo y con pose femenina para la portada del disco ‘Lovesexy’.

Esa imagen contradecía al vínculo que durante toda su vida tuvo con mujeres como Vanity (fallecida en febrero pasado), Apollonia, Kim Basinger, Madonna, Sheila E., Sherilyn Fenn, Susanah Hoff (ex líder y co fundadora del grupo The Bangles) y otras.

No se casó con ninguna de ellas, solo con Mayte García, una bailarina descendiente de puertorriqueños, que le dio a su único hijo: Boy Gregory Nelson en 1996, quien padeció el síndrome de Pfeiffer y murió a las pocas semanas de nacido.

Con García solo duró dos años. Volvió a casarse en 2001, ahora con Manuela Testolini. En enlace terminó cinco años después. A Prince se lo recordará por su música, sus solos de guitarra, conflictos con las disqueras, mujeres y hasta por las fiestas que ofrecía luego de sus conciertos. (I)