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Para Jaime Tamariz el microteatro es un semillero, un laboratorio para experimentar

A sus 45 años, Jaime Tamariz es propietario de Microteatro Guayaquil y docente de la carrera de Comunicación Escénica en La Universidad Casa Grande.
A sus 45 años, Jaime Tamariz es propietario de Microteatro Guayaquil y docente de la carrera de Comunicación Escénica en La Universidad Casa Grande.
Foto: William Orellana / El Telégrafo
30 de septiembre de 2017 - 00:00 - Redacción Agencias-Telemix

Tres años después de haber creado, más que una marca, un movimiento que activó el teatro en la ciudad, Jaime Tamariz celebró con amigos artistas el tercer aniversario de Microteatro Guayaquil, cobijado por su productora Daemon, en una nueva casa que este año abrió en el Malecón del Salado.

Lo festejó en forma apoteósica el viernes 15 de septiembre, como lo sugirió con el hashtag #CelebramosEnGrande en sus redes. No faltó el champagne, vino y bocaditos que ofreció a sus invitados, mientras las filas se hacían largas para ingresar a las 6 obras que este mes presentó.

En medio de la celebración, abrió un espacio para hablar de varios temas, entre los que destacó su trabajo como director de nuevos talentos del teatro y detalles de la próxima producción de Cenicienta  que llevará al Teatro Sánchez Aguilar, el 13 de diciembre, con una excéntrica versión de su autoría.

Fomento al arte de las tablas 

“El microteatro no pretende ser más que un semillero, es un laboratorio para experimentar”, comenta el dramaturgo especializado en España.

Cuenta que este pensamiento lo aprendió de sus maestros en ese país donde vivió 8 años, cuando le indicaron que “se trabaja con lo que hay”. Fue el momento en que decidió darle una oportunidad no solo a los actores sino a Guayaquil y a él, porque cuando regresó quiso fomentar el arte como un acto de reconciliación con la ciudad que lo vio nacer.

 “No tenemos una historia de la teatralidad donde haya existido una escuela o movimientos teatrales, entonces cómo vamos a comenzar si no es equivocándonos, probando; y algunos aciertos salen, nuevos talentos de los cuales se pueden proyectar cosas interesantes”, sentencia el actor de 45 años y docente de la Universidad Casa Grande, en la carrera de Comunicación Escénica.

Por ello se muestra confiado de la generación de hoy a la que encuentra bastante despierta, con mucha creatividad y capacidad de organización. “Fíjate en la escena musical en Guayaquil ha crecido muchísimo, ellos se organizan para hacer sus propios conciertos y producciones, para ellos mismos consumirlas”.

La visión y gestión teatral 

Considera vital la participación de los jóvenes con una formación en equipo, como le ha funcionado hasta ahora y con visión rigurosa.

Tamariz prefiere que el teatro se vaya tejiendo desde la humanización. “Hay una cosa que me parece más importante que hacer un excelente teatro y es hacer teatro, porque este nos humaniza, tiene una función social”, señala el director quien ve esta actividad como una de aprendizaje y de discernimiento de valores. Pues más allá de ser un canal de entretenimiento, la concibe como un medio de confrontación en la que se  narran hechos sociales o se plantean  situaciones sobre la mujer, el amor y la amistad, como en la obra que dirige de Pareja dispareja.

“Me gusta programar cosas donde se hable de la mujer en relación con la violencia contra ella o los que toquen la inclusión como la de los LGBTI que hemos abordado en In&Out; queremos sacar temas que resulten un poco marginados de lo común sin que sean panfletarios”.

Cuenta que las críticas que ha recibido se han ido por el lado del moralismo, pues nota que aún la gente se escandaliza cuando ven una obra donde dos chicos se besan.

“Lo que recomiendo a la gente es que venga al teatro a verlo con la mente abierta, sin prejuicios, simplemente a experimentar la obra, a  juzgarla con la distancia necesaria y  ver qué reflexiones saca de ella”.

Su versión de la Cenicienta

Una investigación del cuento que en occidente se conoció tanto por la pluma del francés Charles Perrault y el relato de  los hermanos Grimm, lo llevó a conocer múltiples versiones de varias culturas sobre una chica con las mismas características.

Mas su inquietud por construir un personaje diferente a la de una chica sosa, abandonada y que la vida la trata mal, le replanteó la idea de crear a una joven luchadora que defienda su dignidad con carácter, sobre todo para darle sentido al enamoramiento con el príncipe.

“A mí me parecía absurdo que se enamore de ella porque la vea bonita, me parece una frivolidad tremenda, entonces tuve que construir una historia entre los dos para que hubiera un argumento en los que se puedan encontrar como enamorados”, explica Tamariz quien decidió crear a Cenicienta, interpretada por  Shany Nadan, con cualidades de una millennial.

Junto con su socia Denise Nader se ha entretenido elaborando detalles de esta comedia a la que desarrollarán desde una perspectiva un poco apegada a la realidad. “Me he divertido escribiendo sobre los ratones, son chistosísimos y ella habla con ellos, pero eso no es normal, si hasta ellos le dicen: ‘Cenicienta debes encontrar amigos, pero de tu especie’”, relata entre carcajadas.

Las actrices, Carolina Jaume y Érika Vélez, serán parte de esta pieza en el rol de las hermanastras Griselda y Anastashia. “Las hemos hecho como si fueran las Kardashians, guapísimas y van a ser las chicas in del momento,  las top del pueblo”. Incluso se creará un blog llamado ‘Gristasha’, en el que ellas darán consejos sobre cómo conquistar a un príncipe azul en seis capítulos.

El docente aprovechó esta entrevista para recomendar al público asistir a todos los proyectos experimentales en sitios alternativos. “Cada vez que asistimos a ver algún evento cultural la ciudad crece”. (I)

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