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El Telégrafo
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Las cuarentonas también se movieron al ritmo del reggaetón

Las cuarentonas también se movieron al ritmo del reggaetón
02 de octubre de 2011 - 00:00

A Fátima Robles, de 45 años, no le importó bailar y cantar de manera eufórica las canciones de Rakim y Ken-Y y Chino y Nacho, ante las miradas llenas de extrañeza y burla de quienes estaban a su alrededor.

Al igual que ella hubo otras cuarentonas que acudieron el pasado viernes al concierto que los reggaetoneros ofrecieron en la Feria de Durán, como el inicio de los espectáculos musicales.

Los primeros en aparecer tras una hora de retraso fueron los puertorriqueños Rakim y Ken-Y, quienes a las 22:17 saltaron al sencillo escenario entre el juego de luces y los gritos ensordecedores de jovencitas, su club de fans, y el pequeño grupo de mujeres que pasaban de los cuarenta.

Acompañados por su cuerpo de baile y un DJ, el dúo inició el repaso por su discografía con el tema Cuerpo sensual. Luego continuaron con Dame lo que quiero y Un sueño.

Para la siguiente melodía Te amé en mi sueño Ken-Y hizo una pausa y saludó a los presentes: “Buenas noches, Guayaquil. Gracias a todos. Nos hacía falta venir a Guayaquil un ratito”, manifestó. Posteriormente a eso, el cantante preguntó “¿Dónde están las mujeres solteras?”. A renglón seguido cantaron Si decides regresar.     

Al ritmo de la bachata fusionada con el reggaetón continuaron con Tengo un amor y Llorarás. Luego pasaron a Mi corazón está muerto, en el que las pistas, que lanzaba el DJ desde la consola, estaban marcadas por el sonido del acordeón.           

Como un vistazo al pasado del viejo reggaetón el dúo recordó Ton Ton Ton, Me matas y Down. Pasada las once de la noche Rakim y Ken-Y se despidió con Te regalo amores, con la que se cerró la primera tanda de música urbana.        

Al igual que la primera presentación, tras una hora de retraso, los venezolanos Chino y Nacho aparecieron en la tarima a la medianoche. Tu angelito fue el  tema que dio apertura a un show que a ratos parecía de merengue por el estridente sonido de  la batería y los bongos que ejecutaban sus músicos.

Dame un besito,  De qué me sirve y No me busques fueron las siguientes que el dúo propuso junto a sus cinco músicos, un corista y cuatro bailarines. Previo a ellas Nacho preguntó quién estaba dispuesto a caer en la tentación.

La interacción con los asistentes la continuó Chino, quien contó la desilusión amorosa que vivió hace muchos años y cómo está lo llevó a componer canciones. “Hace mucho tiempo me enamoré de una mujer, a quien le entregué todo. Simplemente un día desperté y ella ya no estaba; cuando volteé al clóset su ropa no estaba, solo dejó una foto que decía No me busques”.

Aquella historia fue el preámbulo para interpretar Dime si te hizo mal tanta felicidad. Nacho, en cambio, no contó experiencias sobre su vida. Él más bien explicó por qué sus canciones son un homenaje a la mujer. “En el género urbano nunca antes las habían tratado como ustedes se merecen. Ya basta de gata y fiera, de ahora en adelante ustedes son nuestras Niñas bonitas”.

Lo que dijo fue suficiente para que los  asistentes empezaran a corear la melodía. Lo mismo ocurrió cuando interpretaron Se me apagó la llama. Al dúo aún le quedaba algo más por dar en el escenario. Ese momento llegó cuando Chino subió a una chica al escenario, bailó con ella y luego se sacó la camiseta. Fue lo último que propuso la segunda tanda de música urbana, con la cual las cuarentonas bailaron al ritmo del reggaetón.

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