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El Telégrafo
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La primera 'mujer fatal' que conoció el mundo cumple 25 años de su estreno

La actriz intentó alejarse por muchos años de la imagen de mujer sensual y frívola, pero no lo consiguió. Sus últimas películas han sido un fracaso de audiencia.
La actriz intentó alejarse por muchos años de la imagen de mujer sensual y frívola, pero no lo consiguió. Sus últimas películas han sido un fracaso de audiencia.
Foto: bbcnews.com
19 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Telemix

Un cantante de rock es brutalmente asesinado y el caso le es asignado al detective Nick Curran, quien guarda un oscuro pasado. El centro de la investigación se centra en la novia de la víctima, Catherine Tramell, quien ha escrito una novela en la que se describe un crimen idéntico al del artista. Entre el investigador y la novelista se iniciará una peligrosa relación.

En síntesis, esa es la trama de una de las películas más icónicas del cine que hoy cumple 25 años desde su estreno y que ubicó a la actriz Sharon Stone como un símbolo sexual de la industria, pero que la encasilló en un personaje del cual no ha podido salir.

Ese fue el precio que Stone tuvo que pagar por protagonizar a Tramell (parodiado en infinitas películas cómicas y que incluso tiene su propio disfraz), una suerte que pudo ser de otra persona.

El estudio tanteó el nombre de muchas actrices conocidas para interpretarla, como Geena Davis, Lena Olin, Ellen Barkin, Melanie Griffith, Greta Scacchi o Kim Basinger, quien ya era un símbolo sexual en la época y de quien se dijo fue la gran rival de Stone.

También se barajó la posibilidad de contratar a Michelle Pfeiffer, pero el director Paul Verhoeven salió descontento de la entrevista porque ella estaba preocupada por el exceso de ‘carne’ que tenía que mostrar.

Al final la elegida fue una actriz casi desconocida por aquel entonces, ya que Stone tenía más recorrido en televisión y roles secundarios en el cine. Su papel más serio fue en Desafío total, junto a Verhoeven, cinco años atrás de Instinto básico.

Verhoeven expresó en una entrevista con Vanity Fair que la principal ventaja de trabajar con Sharon Stone es que era desconocida y su sed de fama haría que se entregara al máximo a su personaje.

El guion más caro

Joe Eszterhas cobró un cheque de $ 3 millones por su guion, el sueldo más alto jamás pagado a un guionista hasta aquel momento, lo que no estuvo nada mal por diez días de trabajo, tiempo que le llevó escribirlo. Hasta la fecha el argumento más caro fue el de Shane Black por El último boy scout, que vendió por un millón de dólares.

Eszterhas era conocido por sus libretos para películas como F.I.S.T. (1978), Flashdance (1983) o La caja de música (1989). Tras el éxito de Instinto básico se dedicó a escribir guiones con el mismo patrón, pero fueron un fracaso, como Sliver: Acosada, Showgirls y Jade.

En realidad, su guion para Instinto básico no es más que una copia de los elementos que Eszterhas ya había usado en uno anterior, el de Al filo de la sospecha. Son varios los puntos en común entre ambas películas. Comienzo de la historia con un brutal crimen cometido por alguien de alta posición social, ejecutado con un arma blanca a una persona atada a una cama. Investigación del asesinato. Atracción sexual entre sospechoso e investigadora. Y duda hasta el final sobre su culpabilidad.

Instinto básico supone la prolijidad de la historia, mejorándola en varios aspectos, el plan orquestado por Catherine Tramell es más perverso y complejo, la carga sexual es mayor, al igual que el suspenso; además, el final es marcadamente ambiguo, sin el típico desenlace en donde el malo se lleva su merecido.

Durante el rodaje, Queer Nation y Act Up, colectivos homosexuales de San Francisco, consiguieron el argumento de la película y sintiéndose ofendidos por la imagen negativa que daba de las lesbianas llegaron a realizar manifestaciones en lugares donde se filmaba la película, lanzando bombas de pintura y profiriendo silbidos.

El productor Alan Marshall solicitó una orden de alejamiento contra los manifestantes, que les impedía acercarse a menos de cien metros del lugar del rodaje; aunque algunos desobedecieron y fueron detenidos.

Michael Douglas declaró al respecto: “Uno de los puntos interesantes del guion original radica, sin duda, en el carácter bisexual del personaje de Catherine. Pero la sexualidad no condiciona el filme, los personajes no son juzgados en función de su homosexualidad o heterosexualidad. Es su forma de ser, simplemente. Entiendo que algunos homosexuales se molesten, ya que nunca han sido tratados con realismo en el cine, pero no pienso que la película les agreda. A mí me apetecía hacerla y no creo que sea un producto reaccionario y que infravalore a los homosexuales”.

Cuando se estrenó la cinta, en los cines donde se proyectaba los manifestantes repartieron folletos que decían ‘Catherine lo hizo’, para desvelar el final de la cinta a la gente que se disponía a verla.

Pero esto no tuvo el resultado esperado; de hecho, todos estos intentos por desprestigiar a Instinto básico no hicieron más que avivar su aura de película polémica, lo que aumentó el interés del público por verla y ayudó a convertirla en un éxito comercial.

La censura

Dadas sus fuertes escenas de sexo y violencia, el filme tuvo problemas para conseguir la calificación R que Verhoeven se había comprometido a obtener por contrato.

Para lograrlo, la película tuvo que ser enviada en nueve ocasiones a la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos hasta que dio su visto bueno. Finalmente Instinto básico tuvo dos versiones, la americana (censurada) y la europea (sin censura). Lo que supuso una variación de 42 segundos de una versión a la otra.

Toda esta polémica y la trama en sí dieron origen a un nuevo género, el denominado erothriller, lo que trajo como consecuencia que otros directores realicen producciones con historias parecidas, muchas de ellas igualmente de exitosas, en donde el sexo, el suspenso y los finales inesperados hacían delirar a los cinéfilos.

La escena más famosa

Fue la del cruce de piernas, no es en absoluto una escena de ‘chiripa’. En ella, Catherine Tramell, en lugar de sentirse amedrentada por los policías que la interrogan, le da la vuelta a la situación al mostrarles que no lleva ropa interior, de modo que sean ellos los que se sientan incómodos ante su desnudez. Es decir, utiliza su sexo como arma y se convierte en la persona dominante en ese momento, lo que demuestra que estamos ante un personaje calculador, que siempre lleva las riendas en cualquier circunstancia.

Además, aquella acción tiene una segunda intención: hacerle ver a Nick que tiene interés por él, remarcándolo en la frase previa al cruce de piernas “¿Has tenido sexo alguna vez con cocaína, Nick?”.

La actriz declaró que Verhoeven la engañó cuando filmaron esta escena. Según ella, le dijo que necesitaba que se quitara la ropa interior blanca porque creaba reflejos en la cámara, a lo que accedió a condición de que sus genitales no fueran visibles. Cuando Stone vio la cinta se enfadó con el director por usar esos planos específicos. Sin embargo, finalmente decidió dejar la secuencia tal y como estaba, ya que se sintió conforme con su personaje.

Mala saga

En 2006, Michael Caton-Jones dirigió la segunda parte de esta película que terminó siendo un fracaso en taquilla. El filme fue el retorno de la llamada mujer fatal, Catherine Tramell, involucrada en nuevos homicidios en Londres. En esta ocasión vive una desenfrenada relación con un psiquiatra, interpretado por David Morrissey.

La cinta se hizo con un presupuesto de $ 70 millones, pero solo recaudó $ 50 millones en todo el mundo. La productora decidió sacarla del cine dos semanas después. La crítica la calificó como “excesiva, vulgar y ridícula”. (I)

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