Hace 17 años, el personaje de Teresa Suárez “Gaviota”, una humilde  recolectora de café que se enamora de uno de los nietos del dueño de  la hacienda en la que trabaja junto con  su madre, no solo fue una puerta al mundo como actriz para Margarita Rosa de Francisco. Esa producción también se convirtió en su plataforma como cantante.

Y aunque el canto es otra de sus facetas, no se había arriesgado a desarrollar una carrera en eso. “En casa la música era la reina. La música la tuve como por inyección intravenosa”, dice la actriz colombiana, quien recuerda que desde los siete años escuchaba la música folclórica que cantaba su padre, Gerardo Francisco; y la onda brasilera que su madre, Mercedes Baquero; ponía en el tocadiscos. Escuchaba a la brasileña Elis Regina, a quien ella define como uno de sus más grandes referentes. Y esa inclinación la llevó a cantar sus canciones favoritas en el bar “Zaguán del Viejo Conde”, que tenía su padre en Cali y al que llegaban artistas locales.

Quizás ese antecedente que muchos no conocen hizo que, en el 2000, Margarita volviera a juntar el canto y la actuación en la telenovela La Caponera, en la que dio vida a una cantante de ferias. Y esa combinación de sus dos grandes pasiones se resume en la obra teatral A solas, con la que la actriz, de 46 años, debuta en las tablas.

Durante una entrevista telefónica con Diario El Telégrafo, explica que A solas es una obra personal en la que durante una hora y quince minutos realiza un repaso -por momentos- de su vida personal, a través de anécdotas y los personajes más famosos que interpretó en la televisión y el cine. “Es como un caleidoscopio en que el espectador tiene la oportunidad de ver lo vulnerable que es una actriz al igual que otra persona. Y todo eso está articulado con la música, canciones que he compuesto y que suenan como fondo en los relatos que realizo”, manifiesta.

Cuenta que la obra, que co escribió con el dramaturgo Sandro Romero Rey, nació  por su necesidad de hacer teatro. “En Ecuador la gente que me vio cantando  hace 17 años en la Plaza de Toros de Quito se sorprenderá. Yo siempre le he tenido terror a actuar en vivo. Y con A solas voy exorcizar esto y hacerme responsable de la música que he escrito. Me hecho mucha música, pero la he dejado tirada por ahí”, señala.

Y esas canciones de las que ella habla las recoge su disco A solas en vivo, que el año pasado grabó como un registro de una presentación en directo que realizó en una de las funciones de la obra.

Margarita indica que el material, en el que suena la música brasilera, salsa y son cubano, cuenta con  temas que compuso hace 17 años, así como otros que escribió hace 5 y que hablan sobre sus rupturas sentimentales y momentos agradables y chistosos que le han ocurrido. Uno de ellos lo plasma en el tema Salió el ladrón, que nació de una anécdota que vivió en el matrimonio de una amiga al que ella acudió. “Había un bailarín que me llevó a la pista, fuimos el centro de la fiesta, al otro día los invitados se dieron cuenta que les faltaba algo. El tipo era un ladrón. Él se coló, nos bailó a todos y se fue”, rememora entre risas.

Dime, No quiero y  Reclamo son otras de las canciones que componen el álbum que el próximo mes lanzará a la venta. “A solas representa una oportunidad  para decir lo que me gusta cantar ”, dice Margarita, quien asegura sentir la misma pasión que tiene por la música en la actuación.

Recuerda que en el colegio intervenía en todas las comedias del colegio “Me gustaba  representar personajes. Era muy inquieta y activa”. De hecho, esa necesidad por hacer algo la llevó a los 14 años a inscribirse en clases de ballet, lo cual no duraría mucho, pues un problema en la columna la alejaría de convertirse en una balletista. Ya después su sueño pasó a segundo plano luego de que la productora de la película Tacones, Clara María Ochoa, le propusiera participar en el filme, donde tuvo que disfrazarse de mosca para un pasaje.

Cuando la cinta concluyó, Margarita regresó al doctor, quien le diagnosticó una escoliosis lumbar, por lo que tuvo que someterse a una dolorosa operación y, posteriormente,  permanecer por varios meses enyesada de los hombros hasta la cadera. Superado su problema, a través de ejercicios físicos que ella mismo se impuso y que terminaron convirtiéndose en su hábito de vida, Margarita retomó su vida, y no solo eso, sino que  incursionó  a los 19 años en el mundo del modelaje y los reinados.

Dos años después retomó la actuación con la telenovela Gallito Ramírez, en la que interpretó a la “niña Mencha” junto a Carlos Vives, con quien se casó al finalizar el melodrama y luego se divorció.

Desde entonces su vida como actriz no ha parado. Ha participado en un sinnúmero de telenovelas, series y películas. Entre ellas constan: Los pecados de Inés Hinojosa, Calamar, Puerta grande, Brigada central 2: la guerra blanca; Ilona llega con la lluvia, Hombres, La madre, Fidel, Adiós, Mientras haya vida, Paraíso travel,  Capadocia, El amor y otros demonios, L’ homme de chevet y K-dabra.

Una de sus más recientes actuaciones se da en la serie Correo de inocentes, que transmite TC Televisión, de lunes a viernes, a las 21:00. En esa producción Margarita interpreta a Pilar Carrasco, quien luego de tener una aventura con su jefe, Sergio Gaviria, queda embarazada de una bebé, Adelaida, que nace con una enfermedad que la tiene al borde de la muerte.

Situación que la llevará hacerse “mula” del narcotráfico para conseguir el dinero de la cirugía que salvará la vida de su hija. Margarita asegura que fue un personaje que decidió encarnar cuando le entregaron el libreto, porque  encontró otro reto en su vida, marcada precisamente por desafíos.