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El Telégrafo
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La historia a través de las fotos de Annie Leibovitz

La historia a través de las fotos de Annie Leibovitz
27 de octubre de 2013 - 00:00

Era el 8 de diciembre de 1980. Annie Leibovitz había ido al departamento de John Lennon para una sesión de fotos que posteriormente se publicó en la revista Rolling Stone. La legendaria fotógrafa le prometió ese día al ex Beatle que una de sus gráficas ilustraría la portada, aunque los editores no querían que su esposa, Yoko Ono, apareciera con él. La idea de Annie era recrear la imagen de la portada del disco ‘Double Fantasy’ del mismo Lennon.

Lo que ella, ni nadie sabía es que esa sería la última sesión en vida del guitarrista de los Cuatro de Liverpool. Horas después de ese trabajo, Lennon fue asesinado por su perturbado fan Mark David Chapman frente al edificio de su hogar en Nueva York.

La portada de Leibovitz apareció el 22 de enero del año siguiente en la carátula de la Rolling Stone, sin titulares. Por la circunstancia en que se dio, la foto adquirió un valor icónico y anecdótico. Se trata de aquella imagen en la que Lennon luce desnudo y en posición fetal junto a Ono, quien salió completamente vestida.

Aquella fotografía es apenas un ejemplo de la leyenda de Annie Leibovitz, cuya cámara se ha situado frente a algunas de las personalidades más relevantes de las últimas décadas en los campos de la política, la cultura y el deporte, y también ha sido testigo de conflictos bélicos. Por ello, las imágenes de Leibovitz sirven para reconstruir la historia mundial más reciente.

Con una mirada que nunca es inocente, pues utiliza su objetivo como herramienta para expresar sus puntos de vista, Leibovitz fue honrada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2013.

Un premio que le ha sido concedido por haber dinamizado el fotoperiodismo mundial y ser autora de instantáneas y retratos que reflejan una época a través de sus protagonistas.

Con un universo propio en el que no existen trabas temáticas, también ha practicado la fotografía documental y de paisajes.

A imágenes convertidas ya en iconos fotográficos, como la de Nixon subiendo al helicóptero en el que abandonaba la Casa Blanca, se unen instantáneas de Nelson Mandela, Brad Pitt, Johnny Deep con Kate Moos, Quentin Tarantino o Milkhail Baryshnikov.

Leibovitz también ha estado inmersa en escándalos por sus imágenes. Una de esas controversias ocurrió en abril de 2008 cuando el programa televisivo Entertainment Tonight informó que ella había tomado unas fotos provocadoras a Miley Cyrus, quien entonces tenía 15 años, para la revista Vanity Fair. Durante la misma semana la revista The New York Times aclaró que aunque las fotos dejaron la impresión de que estaba con el pecho desnudo, Cyrus fue envuelta en una sábana y en realidad no era en topless. Muchos seguidores de Cyrus se quejaron porque, entonces, ella era imagen de Disney.

También sus retratos de Holly Hunter, Keith Richards, Patti Smith, Mick Jagger o Demmi Moore embarazada y desnuda con el cabello corto han contribuido a convertir a Annie Leibovitz en una de las fotógrafas más fascinantes de todos los tiempos y la mejor pagada.

La desnudez de la enfermedad de la escritora Susan Sontag, su compañera durante muchos años y cuyo fallecimiento la afectó profundamente, la labor cotidiana de su madre, el desnudo de Demi Moore embarazada, el gabinete Bush, la belleza de Brad Pitt o la realidad de Sarajevo son imágenes que conforman su universo.

Con un trabajo fundamental para las revistas Rolling Stone, Vanity Fair o Vogue, y autora de influyentes campañas publicitarias, la obra de la galardonada incluye también imágenes muy íntimas y personales con las que, a lo largo de los años, ha querido rendir homenaje a sus familiares y amigos. Las conmovedoras fotografías de la muerte de su padre o las de los nacimientos de sus tres hijas son prueba de ello.

Nacida el 2 de octubre de 1949 en Waterbury, estado de Connecticut (Estados Unidos), sostiene que la fotografía le da “licencia para explorar”. No hay que hacer el trabajo porque te lo piden, sino porque te gusta”.

Y en cuanto a la técnica, “el contenido es más importante. Me interesa hacer las cosas lo más sencillas posibles”.

Una de sus fotografías más importantes y a la vez una de sus preferidas es la que le hizo a su madre para el libro ‘Woman’ en 1997.

“Es una imagen que pone muy alto el listón. Me gustaría hacer fotografías como esta todos los días, pero es muy difícil, es como capturar el alma”.

Convencida de que la experiencia hace su trabajo más interesante, le gusta hablar con la gente a la que va a fotografiar y, confiesa, “todavía me pongo nerviosa. Nunca voy a parar, nunca”.

Estudiante de pintura en el San Francisco Art Institute, Leibovitz fue fotógrafa jefe de la revista Rolling Stone, se incorporó posteriormente a Vanity Fair y después a Vogue. Es autora de influyentes campañas publicitarias y su obra ha sido expuesta en importantes museos y galerías.

“No soy periodista. Un periodista no toma partido, y a mí no me interesa adoptar esta actitud en la vida. Como fotógrafa, poseo una voz mucho más convincente cuando deseo expresar mi punto de vista”, escribió la artista en ‘Vida de una fotógrafa. 1990-2005’, el primer libro publicado en castellano de Annie Leibovitz.

Este libro tuvo para la galardonada algo de excavación arqueológica, sobre todo en lo que respecta a las fotografías que no pertenecían al campo de la publicidad, de las que ni siquiera sabía de cuántas disponía.

“No me di cuenta hasta más tarde de que el trabajo del libro había intensificado mi aflicción. De todo lo que he hecho en mi vida, esta es la tarea que más se ha acercado a mi esencia”.

Leibovitz es la tercera hija del matrimonio judío compuesto por Samuel Leibovitz, un teniente coronel de las Fuerzas Armadas estadounidenses y Marilyn Heit Leibovitz, una instructora de danza contemporánea. Su vínculo con el arte, a través de la fotografía tiene que ver con un viaje familiar.

La niñez de la legendaria cronista gráfica estuvo marcada por las frecuentes mudanzas con su madre y cinco hermanos, que eran generadas por las obligaciones militares de su progenitor.

En la secundaria, Leibovitz se interesó en diversas ramas artísticas. Comenzó a escribir y a tocar música e ingresó al Instituto de Arte de San Francisco en 1967 porque deseaba ser profesora en esta rama. Su interés por la fotografía surgió en un cuarto oscuro de la base aérea Clark, que está situada en Filipinas, donde su padre fue destinado durante la Guerra de Vietnam.

Por varios años continuó desarrollando sus habilidades fotográficas mientras trabajaba en diferentes lugares, incluyendo una temporada en un kibutz israelí en 1969, lugar en el que participó en una excavación arqueológica en el templo del rey Salomón.

La célebre fotógrafa se abrió paso, pese a muchos problemas personales, entre ellos su adicción a la cocaína cuando se instaló en Nueva York para trabajar en las entonces nuevas oficinas de la revista Rolling Stone en 1975.

Annie Leibovitz ha estado en momentos claves de la historia con el lente de su cámara, y eso la ha convertido en una de las mejores pagadas, una leyenda y referente de la fotografía que aún goza de reconocimientos por su carrera a sus 64 años.

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