La actriz Jennifer Lawrence se sincera en el programa americano de Barbara Walters y reconoce que ella no está dentro de los estándares de peso de Hollywood.

Jennifer continúa con su reivindicación y su defensa en contra de la palabra gorda. “Debería ser ilegal llamar gordo a alquien en televisión”, dijo.

Se ha convertido en uno de los personajes de mayor relevancia del panorama internacional, pero ella misma confesó que cuando era pequeña tuvo que aguantar insultos de otros niños por haber estado “entrada en kilitos”.

Por todo esto, entendemos que el tema toque de cerca a la actriz, que vio la oportunidad perfecta en esta entrevista para recriminar a los medios por su constante burla hacia las personas gordas.

Jennifer no entiende cómo puede ser “divertido” para la audiencia humillar a las personas gordas y hace una reflexión sobre la repercusión que los medios de comunicación tienen entre la población más jóven.

Pero antes que estas confesiones salgan a la luz pública, Lawrence vivió una de las experiencias más embarazosas de su vida cuando una empleada del hotel donde se alojaba durante uno de sus viajes descubrió un amplio repertorio de juguetes sexuales debajo de su cama.

“Es una historia muy divertida. Alguien me gastó una broma regalándome un montón de consoladores de diferentes tipos y colores. El caso es que yo sabía que las empleadas del hotel iban a limpiar y recoger mi habitación, así que decidí esconderlos debajo de mi cama. Cuando volví, vi que los habían dejado encima de mi mesilla de noche. Me sentí muy avergonzada, ¡me dieron ganas de dejar una nota para decirles que no eran míos!”, finalizó.