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Filmes que no persiguen grandes sumas de dinero, pero sí transformar vidas

Filmes que no persiguen grandes sumas de dinero, pero sí transformar vidas
29 de marzo de 2013 - 00:00

Si alguien cita el nombre de Alex Kendrick es posible que no lo ubiquen porque no se trata de un actor mediático como Leonardo Di Caprio o Jack Nicholson por citar solo par de histriones mundialmente reconocidos por los cinéfilos.

Pero si alguien -por pura casualidad- vio al policía que pierde a su hija en la película ‘Reto de valientes’ (‘Corageus’), puede ahora saber que él es Alex Kendrick.

No es un actor mediático porque no le interesa serlo. Su misión es aprovechar su talento como guionista, productor, director y, por supuesto, actor, para difundir un mensaje cristiano a través de sus filmes que son de bajo presupuesto. Y a eso le añade las prédicas que ofrece como pastor en Albany.

Kendrick es el responsable de filmes como ‘Desafío de gigantes’ (Facing the giants), ‘Flyweel’ y ‘A prueba de fuego’ (Fireproof), que fueron producidas entre 2002 y 2008. No obstante, no es el precursor del nuevo cine cristiano (para diferenciarlo de las cintas con personajes bíblicos con actores seculares). Hubo otros antes que él.

29-3-13-mix-annasophia-robb-La diferencia es que actualmente (tal como hace Kendrick) muchos cineastas plantean historias cotidianas, muy parecidas a cualquier filme comercial de género dramático que bien podrían participar en una gala del Oscar. Son filmes que no persiguen grandes sumas de dinero, sino de personas que puedan ser impactadas y gozar de una transformación.

En algunas entrevistas a medios cristianos, Alex y su hermano Stephen Kendrick han dicho que el presupuesto para ‘Fireproof’ fue 500 mil dólares, cifra que contrasta con grandes producciones como las tres primeras entregas de la heptalogía de libros de Las Crónicas de Narnia, pero con trasfondo cristiano. Juntas han recaudado más 1.500 millones de dólares.

Daniel Sante, pastor de jóvenes, concuerda con esta premisa. “No les interesa lucrarse, lo que quieren es que su mensaje llegue al espectador sea o no cristiano. Es su metodología de ejercer un ministerio, pues los tiempos cambian y hay que adaptarse para alcanzar a otros en un mundo cada vez más mediático”.

El mantense Calé Rodríguez, quien produjo Capitán Expertus hace dos años, considera que en la industria hay creativos que recurren a los grandes financistas, quienes estereotipan a un determinado filme, según su contenido. Y según eso se arriesgan a producirlas.

“A los grandes financistas solamente les interesa qué tan rentable puede ser una película. El cine cristiano no se masifica porque los creativos no la venden como tal”, opina el productor manabita, quien reconoce que la fortaleza de este tipo de largometrajes son la orientación que ofrecen sus tramas.
Sante también coincide con ese criterio “porque la gente se engancha y se siente reflejada con los personajes tan comunes”.

Pedro Álava, cantante conocido como Dr. Pedro, explica que esas películas tienen poder, pero no siempre llegan de inmediato. “Hay algunos que en un filme escuchan la palabra Dios, Jesús o Biblia y se van del cine. Pasó con mi hermano. Creo que llega más fácilmente a un espectador que, en ese momento, esté pasando por un momento duro. Ver una película de esas les puede ser impactante. Dios es quien planea todo, es el estratega”, dice el también integrante del grupo Sonidos de mi gente. “Mi hermano ha sido ateo y vio la película ‘La vida de Pi’ y lo tocó. Al verla admitió la existencia de Dios. Fue su plan para llegar a él”, agrega el cantante guayaquileño.

Este tipo de cine empezó a ganar terreno en Estados Unidos desde hace más de cuatro décadas con producciones como ‘The cross and the switchblade’ (La cruz y el puñal, 1970) con Erick Estrada y el cantante Pat Boone como protagonistas.

Ese filme está basado en la historia real del pastor estadounidense David Wikerman y el expandillero Nicky Cruz en Nueva York de 1955. Wikerman escribió su testimonio en un libro, en 1964. Y seis años después se convirtió en filme.
Sí hay producciones caras, pero no son declaradas como cristianas. Son de aventuras y posapocalípticas, pero con trasfondo cristiano como ‘Narnia’ o ‘El libro de Elí’.

En Latinoamérica también existen películas cristianas. México es uno de los países que más las produce, a través de Armagedón, y recientemente Argentina con Canzion, del cantante Marcos Witt (que produjo la película Poema de salvación, que es la biografía del rockero Pablo Olivares).

Aunque en Ecuador es casi nula la difusión de estas cintas, existen tiendas y puestos piratas que las venden como un producto más. También hay sitios que pueden expender las versiones originales como librerías o negocios independientes como el de José Vallejo.

La gama de dramas es variada, que va desde las policiales, de bomberos, deportivos e historias biográficas como la de la surfista Bethany Hamilton, quien perdió su brazo izquierdo.

Cada quien escoge con qué historia identificarse. Al final esa es la idea que los productores cristianos persiguen con este recurso para llegar a nuevos creyentes. (RV)

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