El príncipe Harry, quinto en la línea de sucesión al trono británico, admitió sentirse tan desilusionado de ser parte de la realeza que pensó en renunciar a su título real y llevar una vida como un ciudadano normal. Harry, de 32 años, contó en una entrevista al dominical inglés Mail on Sunday, que finalmente decidió permanecer dentro de la familia real en homenaje y lealtad a su abuela, la reina Isabel II de Inglaterra, y luego de haberse dado cuenta que podía crear un lugar propio dentro de la realeza.

El segundo hijo del príncipe Carlos y la fallecida Lady Di admitió además que haber servido en el Ejército “fue el mejor escape” que tuvo en su vida.

También indicó que no quiere vivir “en una pecera de cristal” y que los miembros de la familia real británica “no queremos ser un grupo de celebridades, sino aprovechar nuestra posición para causas de bien”. Harry pasó diez años en el Ejército, y fue enviado dos veces a luchar a Afganistán contra los talibanes.

Sin embargo, en 2007 se vio obligado a regresar a su país luego de que su presencia en ese país árabe fue revelada por la prensa sensacionalista inglesa. “Me sentí muy resentido. Ser parte del Ejército era el mejor escape que había tenido. Sentía que estaba consiguiendo algo en mi vida”, subrayó el príncipe.

“Llegué a entender de forma profunda a la gente que me rodeaba, sus orígenes diversos, y me sentí parte de un equipo”, continuó.

El nieto de Isabel II contó que cuando servía en el Ejército, nadie lo llamaba príncipe “sino simplemente Harry”.

Desde que abandonó las Fuerzas Armadas, Harry ha dedicado gran parte de su tiempo a realizar tareas de caridad y beneficencia, incluyendo apoyar a soldados heridos, a veteranos de guerra y a personas con problemas mentales.

“Nosotros dentro de la familia real somos muy apasionados acerca de nuestra labor de caridad, y las causas que yo elegí estaban ya en el camino que dejó mi madre”, agregó.

Harry dijo que le encanta ayudar a otras personas y conocer gente nueva. La semana pasada, la revista estadounidense Newsweek publicó una entrevista con el príncipe, en la que Harry admitió que ningún miembro de la familia real quiere el trono británico. “No estamos haciendo esto para nosotros, sino para el bien común del pueblo”, sostuvo el nieto de la reina.

“¿Hay alguien dentro de la familia real que quiera ser rey o reina? No lo creo, pero llevaremos a cabo nuestras tareas en el momento adecuado”, subrayó.

Harry también se refirió al futuro de la Corona británica. “Queremos asegurarnos de que la Monarquía dure y somos apasionados acerca de lo que representa. Pero no puede seguir en un futuro como hasta ahora bajo la actual reina. Habrá cambios y presiones para hacer las cosas bien. Las cosas avanzan muy rápido, especialmente debido a las redes sociales, así que nuestra tarea es modernizar la Monarquía”, dijo.

Durante la entrevista con Newsweek, Harry también se refirió a la muerte de su madre, la princesa Diana, ocurrida el 31 de agosto de 1997 tras un accidente automovilístico en París. El príncipe tenía solo 12 años cuando falleció Lady Di.

Harry dijo que después de perder a su mamá, su vida se volvió un completo “caos” y suprimió sus emociones por muchos años, hasta que siguió el consejo de su hermano, el príncipe Guillermo, de buscar ayuda profesional.

“Mi mamá acababa de morir y tuve que caminar un largo trecho detrás de su ataúd, rodeado de miles de personas mientras millones me veían por televisión. No creo que se le deba pedir a ningún niño que haga eso, bajo ninguna circunstancia, no creo que eso pasaría hoy en día”, mencionó el príncipe.

“Mi mamá murió cuando era muy joven. No quería estar en la posición en la que estuve, pero eventualmente empecé a escuchar a la gente y decidí usar mi posición para hacer el bien”, dijo después de hablar sobre su etapa rebelde, gracias a la cual se ganó la reputación de ‘bad boy’ (chico malo) de la familia real por unos años.

La entrevista de Harry se lleva a cabo semanas antes de cumplirse los 20 años de la muerte de la princesa Diana, conocida también como la “princesa del pueblo” o la “princesa de los corazones” por su importante labor humanitaria y de caridad, y por su conexión con la gente. (I)