Un encuentro íntimo con su yo interior y la comunión por hacer realidad sus sueños, es la propuesta que la artista Diana Campoverde Guerra presentó, bajo el nombre de Oda de Neptuno, en la exposición de grabado Calando madera, la misma que se inauguró, la noche del miércoles, en la sala Galo Galecio del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) del centro Cultural Libertador Simón Bolívar.

En esta exposición, que estará abierta hasta el viernes 30 de noviembre próximo, se exhiben los trabajos de 27 estudiantes del cuarto año de Arte de la Facultad de Filosofía, letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil, bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, a través de su dirección cultural Guayaquil.

“Quise plasmar algo que me identificara como bailarina, y poco a poco aparecieron nuevas propuestas en las que incluí uno de mis sueños: bailar dentro del mar. Fue así como incluí elementos que formen una composición diferente que puede apreciarse desde diferentes puntos de vista”, sostuvo Campoverde sobre su obra.

Para este trabajo, la joven artista utilizó la xilografía, técnica de impresión con plancha de madera, en donde desde distintos ángulos se ve la silueta arqueada de la bailarina como parte de un cambré, y desde otro la misma figura da la impresión que su protagonista está sumergiéndose en el mar y en momentos intenta salir a la superficie.

“Escogí el nombre porque la oda es una poesía que se utilizó justamente con la mitología griega y Neptuno es el Dios del mar, y de ahí nace Oda de Neptuno porque la bailarina se convierte en su musa”, explicó la también actriz y cantante, quien vio hecho realidad uno de sus sueños al exponer en dicho espacio cultural de la ciudad.

“Este es un paso importante para mi realización profesional y personal. Creo que es un incentivo a futuros proyectos”, remarcó, no sin antes resaltar el tema y la composición que utilizaron sus compañeros para la exposición colectiva.

En otro extremo de la sala estaba el trabajo de Fidel Franco con el nombre de Zodiaco, en el que expresó su amor y devoción por su esposa y madre. “Mi trabajo es una pintura con dos círculos y corazones que simbolizan a mi esposa y a mi madre, a quienes sueño y amo con todo mi ser y éste es mi tributo a ellas”, acotó. 

Mientras que Víctor Peña mostró el cuadro Divirtiéndose con un lápiz con el que resalta el trabajo de los artistas que “con el pasar de los años y a pesar de los contra que tiene la profesión siguen pintando y dibujando como diversión y amor a lo que hacen”.

Sobre esta muestra, el destacado pintor Alejandro Elías aseguró que los trabajos siguen perfectamente al pie de la letra la técnica requerida para la exposición, y sobre todo porque en ellas dejaron volar toda su creatividad e imaginación que los definirá como futuros artistas.