Ya son varias las evidencias de que no solo son su soporte un exsindicalista o supuesto periodista, un asambleísta y varios medios, además de unos cuantos grupos organizados alrededor de páginas web.

De lo que se observa, hay una estrategia política para recuperar el poder económico de un banquero acusado, procesado y sentenciado por delitos nacidos en una crisis financiera, producto de la gestión a favor de un banco con el apoyo político del Gobierno de entonces, legisladores vinculados a esa corporación financiera y unos medios que luego se incautaron. Ahora la estrategia se evidencia cuando acuden a instancias internacionales para declararse perseguidos políticos.

Se olvidan de que tal condición ocurre cuando por sus ideas, principios o actuaciones políticas sufren presión, persecución o encarcelamiento. Este no es -por ningún lado- el caso. El objetivo es claro: de llegar al Gobierno un candidato banquero o una figura de cierta élite, se solicitará un indulto para con ello anular los juicios, exigir la devolución de los bienes incautados y hasta una jugosa indemnización a costa del Estado. (O)