Terminadas las fiestas de Quito, el comercio en la capital apunta hacia la Navidad. Los negocios que se instalan por temporadas en varios sectores de la ciudad y empiezan a vender luces, árboles, adornos y las tradicionales figuras para los pesebres.

Los comerciantes que instalan sus puestos desde mediados de noviembre, en calles o parques, esperan con expectativa la temporada de mayor movimiento económico del año.

En el sector Santa Clara, un lugar de alto tráfico comercial en el centro norte de la urbe, muchos negocios son instalados en el contorno del mercado del mismo nombre.

Fernando Caiza, presidente de la asociación de vendedores que agrupa a 15 comerciantes, reveló que desde que iniciaron la feria el pasado 15 de noviembre, las principales ventas eran de adornos por las fiestas de Quito, sobre todo el 4 y 5 de diciembre; pero en los últimos días las personas comenzaron a adquirir adornos navideños.

“Aún las ventas están bajas. Vendemos entre $ 10 y  $ 15 diarios, pero a medida que se acerque la Nochebuena  esperamos que mejore el negocio”, afirmó el comerciante.

El parque La Carolina, en el norte de Quito, es otro lugar en el que, desde al menos tres décadas, varios comerciantes instalan sus puestos. En el sitio no solo se venden adornos navideños, sino también los tradicionales pinos naturales y artificiales.

Laura Lincango, una de los 22 comerciantes que integran la Asociación Orellana, señaló que venden poco, pero estima que la situación mejorará, pues entre el 10 y 20 de diciembre se incrementa el volumen de ventas.

“Dispongo de arbolitos desde $ 10 hasta $ 40 que con mi familia producimos en nuestra propiedad por el valle. Hasta el momento vendemos dos o tres árboles diarios, pero cuando está bueno el día se venden hasta 10”, manifestó la comerciante.

De igual manera, Clemencia Simbaña, presidenta de esta asociación, tiene buenas expectativas de las ventas que ya se mueven más en los últimos dos días y a pesar de que considera que en años pasados en estas fechas había más movimiento comercial, espera cerrar 2017 con buenos ingresos, pues acabada la temporada navideña empieza la venta de monigotes para la quema de fin de año.

Los presidentes de la Asociación de Santa Clara y de la Asociación Orellana coinciden en que en estos últimos años han enfrentado una competencia desleal por el ingreso masivo de productos de otros países, principalmente de China, lo que se traduce en menores ventas. Sin embargo, defienden la calidad de sus mercancías y los precios que son accesibles.

Otro de los problemas que estos comercios de temporada reconocen es el de la informalidad, pues las asociaciones deben tramitar un permiso de funcionamiento con el Municipio y pagar el uso de suelo.  

Mientras que las personas que se instalan en las calles de forma arbitraria no pagan ni tributos ni permisos.

Sandra Logroño, quien compraba en un puesto de Santa Clara un set de luces para adornar su árbol navideño, aseveró que prefiere comprar en estos negocios  porque encuentra variedad de productos.    

“Los precios no se comparan para nada a los que se encuentran en locales comerciales”, dijo. (I)

Uso de suelo

Permiso especial
→Los comerciantes que instalan sus negocios en calles y parques de la capital deben pertenecer a una asociación de forma obligatoria, tramitar cada año un permiso especial y pagar al Municipio por uso de suelo.  
 
→10 dólares es el costo mínimo de los tradicionales árboles navideños naturales.

Piden más controles
→Los comerciantes consideran que el Municipio debe controlar el mal uso del espacio público por vendedores informales.