No tienen un uniforme oficial de entrenamiento. Utilizan la ropa que los hace sentir más cómodos, licras en especial. Muchas de esas prendas ya están desgastadas por su uso constante, lo que generalmente provocaría una suerte de desánimo entre los pesistas pichinchanos. Pero su semblante, por estos días, denota lo contrario.

Siempre sonríen y no resulta para nada extraño. Los hermanos Walter y Víctor Zurita, Mirca Ortiz, María Vélez y Mayra Naranjo son los cinco representantes que tendrá esa  provincia en la Selección Nacional de Levantamiento de pesas que representará al país en el Mundial Juvenil de esta disciplina. El torneo se desarrollará del 3 al 11 de mayo en Lima (Perú).  

Todos los días conversan entre ellos  y se ayudan para cumplir el plan de entrenamiento  ordenado por el técnico cubano Humberto Morejón. Desde un rincón del gimnasio de  la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP), en La Vicentina, donde el ruido constante de las pesas que caen al piso nunca pasa inadvertido, el profesional está pendiente de lo que hacen sus pupilos y siempre dispuesto a corregir la postura que adoptan para cumplir las rutinas.

En un cuaderno o simplemente una hoja de papel están las guías de los ejercicios que ejecutan en cada jornada. El DT tiene una relación cordial con todo el equipo y por eso está seguro de  que su actuación será destacada en el certamen mundialista. “Aunque en un torneo de esta clase los resultados son impredecibles, creo que el trabajo que hemos desarrollado nos permite pensar que se puede traer un par de medallas para el país”, sostuvo Morejón.

Para Walter Zurita este mundial será especial. Es el último que disputará en la categoría juvenil. Tiene 19 años y el tope en estas competencias es 20. Por ello es el más exigido en los trabajos. “Estoy convencido de mis condiciones y aunque sé que todos los rivales serán complicados voy a dar todo por inscribir mi nombre en este certamen”, anticipó   Walter.

Su experiencia en torneos internacionales lo avala. Es campeón sudamericano y panamericano, distinciones que coincidencialmente consiguió en suelo peruano. Su esfuerzo deportivo lo conjuga con su dedicación a los estudios. Gracias a una beca del CDP, institución que además le entrega una ayuda de $ 250 mensuales, se encuentra matriculado en tercer año de bachillerato a distancia en el colegio Nuevo Ecuador.  

Compite en la categoría 56 kg y tiene como meta, en el torneo mundial, elevar en su segundo intento 107 kg en el arranque y 130kg en el envión, que son sus mejores marcas.

Entre las damas, la esmeraldeña Mirca Ortiz destaca por su juventud. Tiene 16 años, y a inicios del 2013 decidió dejar la provincia “verde” para radicarse en Quito. Lo hizo porque  su anhelo es concluir sus estudios secundarios e iniciar la carrera universitaria en cardiología.

Ella padece una dextrocardia congénita. Eso significa que tiene el corazón y el vaso del lado derecho, cuando lo habitual es que estén en el izquierdo. Aquello no le ha derivado ningún problema para entrenarse normalmente. Por el contrario, asegura que la fortalece más para lograr sus metas.