Comulgar con la naturaleza, en medio de parajes y arboledas, es una experiencia que muy pocos atletas han vivido. El escenario es muy singular. Es un entorno alejado del bullicio citadino y enmarcado entre senderos y caminos de tierra. Se encuentra en medio de la oscuridad y el silencio del bosque. 

Una nueva carrera pedestre, introducida en el país el año anterior y que todavía no se encuentra debidamente explorada ni difundida, vuelve a despertar el espíritu deportivo de cientos de atletas y aficionados. A todos los motiva el deseo de  experimentar una prueba novedosa, en un entorno muy diferente a las competencias que usualmente se realizan en Quito. 

Consiste en correr por senderos de  tierra, en la noche, que alcanzan una extensión de 8 kilómetros. Los atletas se exponen a la lluvia y a “baños de lodo”. Solo los ayudan linternas personales ceñidas a sus frentes. La experiencia transmite adrenalina y vértigo. “La carrera del año anterior fue muy buena y positiva, la gente se mostró satisfecha porque por fin hay algo diferente y muy ecológico. Fueron comentarios que nos motivaron para seguir con esta prueba en 2012”, manifestó Santiago López, ejecutivo y promotor de Proyecto Aventura.

Se trata de la única carrera nocturna Cross Country del Ecuador, cuya segunda edición tendrá lugar hoy, desde las 19:00, en el Parque Metropolitano Guanguiltagua.  En la prueba participarán 2 mil  atletas nacionales y extranjeros  agrupados en distintas categorías.

El escenario natural, ubicado en el nororiente de la capital, se vestirá de luz y adrenalina con la segunda edición en Ecuador. Es una carrera que se realiza con un espíritu solidario en varias ciudades del mundo y la de Quito es la primera de 25 similares programadas.

La Energizer Night Race, como se denomina la competencia que se inició hace 8 años en varias ciudades del mundo, promueve el turismo y la aventura. Incentiva una actividad saludable y divertida en la ciudad, busca un fin solidario: donar linternas para comunidades rurales del Oriente ecuatoriano que no tienen acceso a luz eléctrica, mediante la entrega de linternas solares.

En la primera edición, los auspiciantes entregaron 150 linternas solares a la comunidad achuar (Oriente ecuatoriano), para que en horas de la tarde y noche pueda desarrollar labores de distinta naturaleza con luz artificial.

Estas linternas funcionan con el uso de energía solar. El farol tiene un tiempo de duración de 8 horas en potencia baja y 4 horas en potencia máxima, mientras que la tipo foco tiene una duración de 4 horas aproximadamente, ambas con una capacidad de cobertura de una habitación sencilla.

Los corredores participarán en un circuito completamente oscuro; el recorrido se realizará en un terreno irregular, en una ruta diseñada sobre caminos de tierra, empedrado y algunos senderos muy divertidos.

La particularidad del evento es la exigencia de correr sobre los 3.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo que la diferencia de todas las demás carreras nocturnas que se disputan en el  resto del mundo.