Llegó el día. Hoy, desde las 13:45, se juega la final de la Liga de Campeones entre el Borussia Dortmund y el Bayern Múnich, lo que para el fútbol alemán significa la consolidación de su mejor momento a nivel de clubes.     

Esta tarde, cuando  inicie el partido, los dirigidos por Jupp Heynckes se jugarán algo más que un título o la gloria europea. Para ellos significará quitarse de encima los “fantasmas” que le impidieron ganar las dos finales a las que se clasificaron en los últimos años. En el 2010 fueron derrotados por el Inter (Italia) y el año pasado cayeron ante el  Chelsea (Inglaterra).

Los jugadores Bastian Schweinsteiger, Philipp Lahm, Thomas Müller y Arjen Robben estuvieron presentes en esas decepciones alemanas y esperan hoy poder  conquistar la “orejona”, como se conoce al trofeo, luego de 12 años.

Al frente tienen a  un rival que conocen bien, pero al cual han superado durante todo el año. Lo vencieron  2-1 en la  Super Copa alemana el pasado 12 de agosto y por la Bundesliga 2012/2013 empataron ambos duelos.

El 1 de diciembre igualaron 1-1 en Múnich. Ese mismo resultado se dio en Dortmund el 4 de mayo. El Bayern también se desquitó de los dirigidos por Jürgen Klopp en la Copa Alemania de este año, ya que el año anterior los golearon en la final, eliminándolos en cuartos de final de la competición, el 27 de febrero, con una victoria por la mínima diferencia.

Esta superioridad que ha mantenido el Múnich durante esta temporada sobre el Borussia lo convierte en el favorito para ganar este duelo alemán que se muestra muy parejo, con dos estilos muy parecidos en el papel, pero que se distancian en el terreno de juego. En enfrentamientos directos en partidos oficiales también es el Bayern el que lidera las estadísticas.

Los clubes se han visto las caras en 100 partidos oficiales, con 45 victorias del Bayern, 26 del Borussia y 29 empates. Lo que muestra una clara hegemonía de los comandados por Heynckes. Sin embargo, en  el único antecedente en una copa europea entre ambos el triunfador fue el Dortmund.

Ocurrió en este mismo torneo, pero en la fase de cuartos de final, en la temporada 1997/1998 cuando el Borussia era vigente campeón de la Liga de Campeones y los eliminó tras un empate a 0 en la ida disputada en Múnich y un 1-0 en Dortmund,  con un gol agónico   de Stéphane Chapuisat.

Justamente después de ese año, cuando quedaron eliminados en semifinales ante el Real Madrid, el Borussia Dortmund ya no tendría puestos estelares en el torneo más importante del viejo continente, ya que en la edición del 98 no estuvieron presentes, en las del 99 y 2001 la fase de grupos fue su barrera. En los años siguientes se quedaron en las fases de clasificación previa y no volvieron sino hasta el año anterior, cuando se quedaron en la fase de grupos nuevamente.

Sin embargo los últimos años lo han vuelto a posicionar como un conjunto poderoso a nivel europeo. Un prestigio que han recuperado con llegar a la final, pero que quieren consolidarlo con su segundo título en este torneo.

Desde la llegada de Jürgen Klopp, en junio del 2008, el club de Dortmund comenzó un proyecto que dio sus frutos en la temporada 2010 cuando obtuvieron la Bundesliga, algo que no lograban desde el 2001 y que repitieron al año siguiente junto con la Copa Alemania, venciendo a su rival de hoy en la final.

Klopp tiene 45 años y es uno de los entrenadores más prometedores del viejo continente y ya suena como opción  para dirigir algunos conjuntos grandes de Europa.

Tanto el técnico alemán como los jugadores del Dortmund no le  temen a este duelo y están seguros de las posibilidades que tienen de consagrarse campeones. “Si ganamos, eso no querrá decir que somos el mejor equipo del mundo sino que hemos derrotado al mejor equipo del mundo”, dijo Klopp previo a la final de esta tarde.

Los entrenadores de ambos conjuntos tienen otra coincidencia además de ser del mismo país. Los dos técnicos han relevado en importancia a Ottmar Hitzfeld en cada uno de sus clubes, ya  que  el también  adiestrador alemán fue el que consagró tanto campeón de la Liga de Campeones al Borussia en el 96 y al Bayren Múnich en el 2000.   

Toda esta historia se quedará fuera de la cancha en el momento que el balón comience a rodar sobre el césped del estadio de Wembley, que recibe su séptima final.

Los jugadores del Múnich y Dortmund solo piensan en alzarse con la “orejona” y que gane el cuadro que gane pondrán al fútbol alemán en lo más alto. El resultado podría ser una dulce despedida para el veterano Jupp Heynckes o una plataforma hacia nuevos horizontes para el “joven” Jürgen Klopp.