Con hechos, varios equipos demuestran que el Campeonato Nacional de Reservas da los resultados que buscaba: alimentar a los primeros equipos de los clubes y mantener en competencia a jugadores que no son considerados en la plantilla estelar.

Independiente del Valle y El Nacional consolidan el manejo de sus divisiones inferiores con una formación integral, es decir, no basta con que sean buenos futbolistas, también se les exige ser buenos estudiantes.  

Independiente del Valle, que el pasado fin de semana alcanzó el título del torneo de reservas, maneja esa política en todas sus formativas. En las reservas se brindan incentivos según el logro de objetivos. Si un deportista es convocado a determinado partido, por ser parte de la banca de suplentes ya tiene un bono. Si juega, la bonificación mejora. Los dirigentes no revelaron los montos de esos incentivos.

El ascenso y descenso de futbolistas entre la reserva y el primer equipo se replica en parte con las otras divisiones. A la reserva son enviados elementos de 16 o 18 años de buen rendimiento en sus categorías, pero si aún les falta “cuajar”, son retornados a ellas.

Para 2013 serán promovidos al primer equipo el arquero Luis Vizcaíno, el marcador derecho Jonathan González y los volantes Jefferson Orejuela, Júnior Sornoza y Gabriel Cortez, que ya alternaron en primera.

Álvaro Carcelén, técnico de las reservas, manifiesta que no existe una cantidad exacta de elementos a ser promovidos, pues todo depende de lo que necesite el cuerpo técnico del elenco principal. Por ese motivo el cuadro de reserva efectúa sus prácticas en la cancha adjunta a la principal, donde ensaya el primer equipo. La plantilla de reserva tuvo este año una base de 12 jugadores, complementada por los deportistas que no eran tomados en cuenta en el primer equipo.

En El Nacional, a todos los jugadores en formación se les exige estudiar;  además se les capacita sobre lo fundamental del aseo personal y las normas de urbanidad. Este aleccionamiento es permanente en todas las categorías inferiores y es parte de las responsabilidades de entrenadores y preparadores físicos.

A los chicos que viven en la residencia del club se les ayuda a organizar sus actividades. Estos se matriculan en horarios vespertinos y nocturnos de centros educativos de Cumbayá.

La entidad militar les ofrece contratos de trabajo, sueldos e incentivos. Si cumplen todas las exigencias y a ello suman el rendimiento deportivo, se les da un estímulo económico. Los jóvenes de las reservas ganan el salario básico unificado.

En el funcionamiento técnico de las reservas y sub 18 trabajan en forma coordinada los profesores Orlando Narváez y Luis Tacuri. De las reservas tuvieron oportunidad de actuar en primera  los volantes Bryan Oña, Davis Barahona y Alejandro Villalba, y el delantero Giussepe Bautista.

En Deportivo Quito no es una obligación que el jugador de las reservas estudie, pero en sus charlas los miembros del cuerpo técnico les incentivan a hacerlo. También es básico el compañerismo; todos los jugadores de reserva tienen contrato. De cada uno depende llegar a la nómina estelar y no bajar.

José Ordóñez, timonel de este grupo, se siente satisfecho por la labor efectuada. Es el segundo año que avanza a la final y en 2011 obtuvo el título (en 2012 lo perdió con Independiente del Valle).

De acuerdo con los requerimientos del estratega del combinado de primera, Rubén Darío Insúa, en 2013 serán promovidos el portero Israel Gutiérrez, el defensa Cristian Carabalí, el marcador Ederson Valencia, el centrocampista Mauricio Ramírez y el delantero José Miguel Andrade.

Todos estos elementos fueron seguidos por Luis Oste, asistente técnico de Insúa, y Víctor Manuel Battaini, coordinador de las series inferiores. Battaini tiene buenas expectativas con Ramírez, cuyo estilo compara con el de Segundo Alejandro Castillo.Se trata de un jugador que, al igual que José Miguel Andrade, ya tiene roce en primera.

Universidad Católica, en tanto, armará su reserva con el representativo Sub 18, ya que en primera B no hay campeonato de reserva. A los jugadores se les hace pensar sobre la importancia de llegar al primer equipo; y. desde luego, con estímulos económicos se premia el profesionalismo de cada uno.