Ya habla italiano correctamente a pesar de que llegó a Turín (Italia) hace ocho meses. A José Francisco Cevallos no le falta determinación y ganas de aprender, aunque hay quienes aseguran que también tiene mucho que enseñar. Razones le deben haber sobrado a la Juventus -el club más exitoso de Italia y uno de los más laureados y renombrados del mundo- para recibirlo a prueba en su equipo. 

La Vecchia Signora (la vieja señora), denominado así por ser el equipo más antiguo de Italia, fundado en 1897, ha acogido en sus divisiones juveniles, a la que llaman también “primavera”, al ecuatoriano por ser uno de los talentos más prometedores del fútbol sudamericano. Los expertos “blanquinegros” lo calificaron en su momento como el “diamante ecuatoriano”.

Hijo de José Francisco Cevallos, considerado como el mejor arquero de todos los tiempos en Ecuador, Cevallos Jr. suele repetir un dicho muy popular en Italia: “la sangre no es agua”.

Con un nombre tan altisonante, no podía faltar quien murmurara sospechas de recomendación. Pero los hechos y el buen nivel que ha mostrado en el césped no mienten y José Francisco Cevallos está sabiendo cargar sobre sus hombros el peso de ese nombre junto con la camiseta blanco y negra.

Para verle en acción y saber cómo se encuentra en Italia, EL TELÉGRAFO viajó hasta Turín, la capital de la región Piamonte y sede de la “Juve”, donde reside desde febrero de este año el jovencito ecuatoriano, catapultado por quienes han visto en él un “prominente campeón”.

José Francisco empieza por contarnos cómo te encuentras, viviendo tan lejos de tu país.

Extraño mucho a mi familia, mis padres, mis hermanos; pero estoy bien porque esto es parte de mi sueño, lo que desde niño quise, salir a jugar al exterior.

¿Y la comida, no la extrañas?

La comida en realidad no se me ha hecho difícil porque aquí conseguí una señora ecuatoriana que me cocina y entonces no es que como pasta y pasta todos los días sino que consumo la comida ecuatoriana y todo lo que estaba acostumbrado.

¿Qué tal con tus compañeros en la “Juve”?

Muy bien, al principio fue un poco difícil. Entrar a formar parte de un grupo, entrar a hacer amigos de inmediato, pero ahora que ya han pasado algunos meses me siento muy bien. Con mis compañeros nos reunimos a menudo en mi casa. Vemos los partidos, comemos una pizza. Entonces me siento bien en todos los sentidos, gracias a Dios. Los compañeros de equipo son diez puntos, son buenas personas, siempre están pendientes y he podido hacer grandes amigos.

Fuera del campo de fútbol, ¿cómo te tratan los italianos, en la vida diaria?

Normal. No me quedan viendo mal o así… Normal. No todos son tan amigables, pero los amigos que he hecho, a parte del fútbol, siempre me han brindado su apoyo desde que llegué.

¿Y las italianas?

Yo tengo novia en Ecuador, así que cero italianas.

Parece que el deporte lo llevas en los genes, tu padre jugó al fútbol durante 20 años como talentoso portero. Y tu hermano también juega. Podría decirse que has nacido en un campo de fútbol. ¿Es difícil llevar a hombros este nombre, te sientes más responsable siendo el hijo de un jugador tan importante, ahora Ministro de Deportes?

Sí, la verdad es que a partir de los quince años, cuando empecé a jugar al fútbol de manera profesional, siempre hubo críticas, comentarios de que porque era el hijo de él jugaba o tenía más oportunidades. Pero creo que paso a paso he podido ir demostrando que si estoy acá, si he hecho lo que he hecho, es por mis condiciones, por las características que tengo y no por el apellido.

Me afectó mucho en su momento, pero ahora que han pasado los meses, los años, me siento más fuerte en ese sentido.

¿Nunca se te ocurrió practicar otro deporte?

Sí, practiqué otros deportes. De pequeño jugaba tenis y baloncesto, pero el fútbol es lo que amo y lo que más me gusta.

En Italia un experto ha dicho de ti que eres muy técnico, que a pesar de ser tan joven ya tienes un físico bien estructurado, que eres un mago de lo que aquí llaman assist (el que pasa el balón a un compañero para que marque gol) pero que también tiras muy bien y que por eso marcas goles, que tienes inteligencia táctica y que serás un gran jugador. ¿Crees que era necesario, para tu formación futbolística, pasar por un equipo europeo?

Esa era mi aspiración desde que empecé a jugar al fútbol. Tengo 18 años y estoy en esa etapa de terminar la formación, de desarrollarme futbolísticamente. Entonces, qué mejor que hacerlo en un club europeo y más si es un club tan grande como la Juventus que me está sirviendo para terminar esta etapa de formación. Día tras día aprendo, día tras día trato de mejorar porque sé que esto me va a servir para el futuro, es la única forma de salir adelante.

¿Ya te gustaba la Juventus antes de venir aquí?

¡Obvio! La Juventus es un club inmenso, uno de los más grandes del mundo. Cuando me mencionaron que tenía la posibilidad de venir para acá, no dudé dos veces y dije que sí.

Aquí en la “Juve” eres mediocampista. ¿Se juega de manera diferente que en tu país, con distinta técnica o ritmo?

Sí, muy diferente. Cuando llegué, durante los dos o tres primeros meses me costó mucho porque el método de entrenamiento, la convivencia, era todo bastante difícil y más complicado de lo que es en Ecuador. Tuve que irme adaptando a los métodos de entrenamiento, de alimentación y de gimnasio. Además, el fútbol italiano se caracteriza por ser agresivo, muy fuerte, y son cosas a las que uno tiene que adaptarse. Pero ahora ya estoy más tranquilo y no hay ningún problema.

¿Cuál es el jugador que más admiras en Italia y cuál en Ecuador?

Mi referente es Pirlo, porque lo tengo ahí al lado de mi cancha. Trato de ver todos los entrenamientos, todos los partidos. En Ecuador, mi papá, Antonio Valencia y Felipe Caicedo. Son jugadores que están dejando el nombre y la bandera del país en alto y yo quisiera ser como ellos.

Un problema de Italia en los estadios de fútbol es el de la violencia y los insultos racistas hacia algunos jugadores. ¿A ti te ha ocurrido aquí algún episodio feo por ser extranjero?

No, no he tenido ningún problema en los casi ocho meses que estoy acá. No he tenido ningún problema ni de racismo ni de violencia.

En estos días se habla en Italia del episodio que protagonizó el jugador del Milan, Mario Balotelli, con un árbitro y que le costó la expulsión por tres jornadas. Algunos llegaron a decir que Balotelli necesita cuidados psiquiátricos. ¿Puedes decirnos cómo se controla la ira ante un árbitro que puede parecer que haya cometido una injusticia?

Es bastante difícil, porque antes y después del partido se tiene una adrenalina que a veces te lleva a hacer cosas sin pensar, cosas incorrectas. Pero sabemos que somos futbolistas y tenemos que mantener la calma. Más que todo porque somos personas públicas que damos el ejemplo. Y entonces, si bien es cierto que tenemos esa adrenalina, esas ganas de querer hacer ciertas cosas, también es verdad que debemos aprender a controlarnos.

De este episodio de Balotelli vi la acción. Es verdad que le reclamó bastante fuerte al árbitro, incluso dicen que lo amenazó, pero ya reconoció que se equivocó y que intentará controlarse un poco más.

Para terminar, hablemos de tu futuro inmediato. Tú estás aquí con un contrato hasta diciembre, ¿crees que acabarán comprándote?

Esa es mi aspiración. Espero de aquí a diciembre dar lo máximo de mí para que Juventus haga uso de la opción de compra que tiene y poder quedarme muchos años acá.

Él se despide sin olvidarse de mandar un saludo a su gente, desde lo alto de su casi metro noventa.

“Le mando un saludo muy grande a todos. Sé que están pendientes, que mandan buenas energías y espero hacerlos sentir muy orgullosos por acá, en Italia”, finaliza Cevallos Jr.