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El Telégrafo
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Arroyo fue hecho con el mismo molde de Alexandra y Seledina

Arroyo fue hecho con el mismo molde de Alexandra y Seledina
03 de noviembre de 2011 - 00:00

Estirando sus largos brazos y piernas  en una esquina del gimnasio de levantamiento de pesas del Comité Olímpico Ecuatorianos, encontramos a David Arroyo, el joven pesista que se colgó la medalla de oro en la categoría 105 kg, en los pasados Juegos Panamericanos  de Guadalajara.

Después de su exitosa participación en México, la rutina no cambia para el deportista oriundo de Orellana, quien desde el sábado pasado continúa con el exigente entrenamiento, esta vez, para competir en el Mundial de halterofilia, en Francia, que comienza el sábado. 

El sonido de las pesas cayendo sobre la lona y la presencia de más deportistas - algunos con muestra de pereza aún- bajando  las escaleras de los cuartos de este centro de alto rendimiento a las 10:00, es a lo que ya está acostumbrado Arroyo, quien a sus 20 años confiesa que a veces ha pensado en “tirar la toalla”.

Pero son solo ideas que se le vienen a la cabeza por momentos, porque admite que su sacrificio de permanecer durante todo el año concentrado, lejos de su familia y sin poder disfrutar de alguna fiesta o baile pasa a segundo plano por los logros obtenidos.

El ostentar el triple campeonato mundial junior de pesas, el Nacional, Sudamericano y recientemente el Panamericano ha hecho que desista de su idea.

“Hay momentos, en el deporte de las pesas, en los que ya no soportas... a veces te estresa pasar  solo  metido aquí, las lesiones, dolores. Te aburre permanecer acá, no sabes lo que es pasar un año encerrado aquí, no salir a fiestas, a la playa.

Te privas de todo eso por un resultado, pero vale la pena el esfuerzo porque te das cuenta de que todo lo que has hecho vale mucho”, comenta Arroyo,  en un corto espacio que otorga el entrenador de la selección nacional, Javier Pérez, quien es muy exigente con los horarios de trabajo.

Además de la motivación de sus títulos, Arroyo tiene como inspiración a las esmeraldeñas Alexandra Escobar y Seledina Nieves, quienes también obtuvieron oro en Guadalajara y llevan más tiempo en la halterofilia.

El deportista expresa su admiración hacia ellas y dice que  ver su entrega durante todos estos años lejos de sus hijos es aún más significativo. “Ellas  tienen a sus hijos, esposos..., y yo no tengo eso, pero igual cuento con mi familia y  sé que está pendiente de mí para seguir adelante”, señala.

Así como ellas se han convertido en  su ejemplo, él lo es para 4 de sus 5 hermanos, quienes han seguido sus pasos y ya han obtenido  conquistas.

“Darío es campeón sudamericano, Diego a nivel nacional,  Danilo y Dixon  están empezando y solo tengo una hermana que está estudiando”, comenta.

Su mamá, Patricia Valdez; y su papá, Flores Arroyo; viven en Quito y sus hermanos en Orellana, pero pronto se cambiarán a su nuevo hogar, pues el Ministerio del Deporte  por su título mundial junior, le obsequió  una casa en su provincia natal.

Sobre el oro conseguido en Guadalajara, expresa  que no se sentía seguro de ganarlo, pero sí  de lo que tenía que hacer porque se preparó mucho.  “Fui a dar lo mejor y siempre me tuve confianza, a pesar de que sabía que iban competidores de élite y con más experiencia”, manifiesta el joven halterista.

David Arroyo

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