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Entrevista / CLAUDIO NAREA / EXGUITARRISTA DE LOS PRISIONEROS

“Pusimos un granito de arena para la salida de Pinochet” (Video)

Foto: Tomada de La Voz de Valpo
Foto: Tomada de La Voz de Valpo
25 de septiembre de 2014 - 00:00 - Alejandro Tapia, especial para El Telégrafo

Santiago de Chile.-

Claudio Narea, el guitarrista de Los Prisioneros, aún recuerda la visita que hizo a Ecuador junto a la emblemática banda chilena en 1987. El año anterior habían publicado su segundo disco, ‘Pateando piedras’ -con el hit El baile de los que sobran- y ya eran muy famosos no solo en Ecuador, sino también en Perú y Colombia.

El músico chileno acaba de publicar su segundo libro sobre la historia del grupo de rock más famoso de Chile, que lleva por título ‘Los Prisioneros, biografía de una amistad’. En esta obra, Narea cuenta detalles sobre sus dos quiebres con la banda (1990 y 2003), pero también aborda la forma como Los Prisioneros desafiaron la dictadura del Chile de Pinochet en la década del 80.

Narea narra, además, sus sendas peleas con Jorge González, vocalista y líder del grupo. Los Prisioneros viven hoy una suerte de “nuevo boom” por la serie televisiva Sudamerican Rockers, que recrea las aventuras de la agrupación en clave ficción.

Actualmente, Narea prepara su tercer disco como solista, que combina con los shows que realiza junto a su antiguo compañero de Los Prisioneros, el baterista Miguel Tapia. Al mismo tiempo promociona su libro, que puede ser adquirido desde el extranjero (incluido Ecuador) a través de la web www.biografiadeunaamistad.cl

En esta biografía Narea no se guarda nada y habla con una honestidad brutal.

¿Cómo nace la idea de escribir este segundo libro sobre Los Prisioneros, el grupo se disolvió de manera definitiva en 2006?

Nunca pensé escribir un libro. La idea surgió en 2003, cuando todo lo de Los Prisioneros para mí era desagradable. (Ese año Narea salió del grupo por segunda vez y de manera definitiva).

¿El propósito era atar los cabos sueltos que habían quedado con la historia de Los Prisioneros?

Yo sentía que no se había contado bien la historia de Los Prisioneros, pese a que a esas alturas habían aparecido 2 libros sobre nosotros. Pero todos sabíamos que la historia tenía muchos componentes que no estaban muy claros; situaciones insólitas que estaban ocultas y que nadie más podía contarlas, salvo yo. Se dice que Los Prisioneros nos separamos en 1990 por un lío de faldas, pero en 2007 yo descubro que Jorge González estaba obsesionado conmigo y me quería hacer daño, intentando romper mi segunda relación sentimental vía correos anónimos.

¿Por qué se produjo tu primera salida de Los Prisioneros en 1990?

Porque me doy cuenta que Jorge era una contradicción completa. Él aparecía enamorado de mi mujer, pero en realidad no lo estaba.

Justo en ese período la banda consiguió un gran éxito comercial  con temas como Tren al sur o Estrechez de corazón, del disco Corazones ¿Cómo fue observar el éxito de la banda desde afuera?

Es que yo no apreciaba la música que hicieron ellos en Corazones. Sé que suena bien y está bien producido el disco. Pero me parece que son canciones frías y no me pasa nada musicalmente.

¿Crees que el mensaje de Los Prisioneros a través de las letras contestatarias de sus canciones influyó de alguna manera en el plebiscito del Sí y el No que derrocó a Pinochet en 1988?

A mí me gusta pensar que sí influyó. En esa época mucha gente ya estaba harta de Pinochet. A la gente se le engañaba con facilidad y nosotros aportamos credibilidad y nuestro granito de arena para sacar a Pinochet.
Me gusta haber sido parte de ese proceso. Siento que hicimos lo correcto.

¿Cómo recuerda la primera visita de Los Prisioneros a Ecuador en 1987?

Esa vez fuimos a Guayaquil y Quito. Pero solamente tocamos en Guayaquil. En Quito nos presentamos en la televisión. En Guayaquil hicimos un concierto grande.

¿A qué atribuye el éxito de Los Prisioneros en Ecuador?

Ahora recuerdo que también en Guayaquil nos presentamos en una escuela de niñas. Hicimos un show gratis porque al menos en esa época la ley ecuatoriana exigía hacer un show gratuito, alguna actividad sin fines de lucro. Entonces hicimos 2 recitales. Las niñas eran muy ordenadas y cantaban todas las canciones. Hubo harta euforia, con fans en el hotel. Fue la primera vez en mi vida que degustaba esos plátanos fritos, que eran muy sabrosos. Me gustó la comida. Me gustó también caminar por las calles de Guayaquil, aunque el calor era muy intenso para mí. Me quedé afónico en cuanto llegué, por la humedad, no sé qué me habrá pasado.

Ver las iguanas en una plaza también fue divertido. En ese momento era el país más exótico que conocí, porque acá en Chile no se ven iguanas. Recuerdo la comida, las iguanas, el calor, todo distinto a Chile. Fue increíble.

Después volvieron a Ecuador en 2003.

Efectivamente. Ahí tocamos en Quito. El recibimiento fue muy bueno y la gente aún se acordaba de las canciones.

¿Qué rescatas de la mística que tenía la banda, que surgió de un barrio proletario de Santiago y triunfó en todo el continente?

Lo que pasa es que no creo en Los Prisioneros como la gente nos ve. Porque algo cambió con la llegada de la fama y del dinero. La gente se hizo parte al inventar este mito que son Los Prisioneros, porque se dice que nosotros somos consecuentes, pero no me parece que seamos consecuentes. Hemos sido inconsecuentes.
Todo lo que la gente piensa que somos, en realidad no lo somos, esa es la verdad. Las canciones están ahí, eso sí y se defienden solas.

¿Cómo ocurre el regreso a la banda en 2001, para esos shows históricos en el Estadio Nacional de Chile, con 140 mil personas?

Yo creía que el problema de Jorge eran las drogas. En la medida que se rehabilitó, se recompuso la relación en los 90. Por mi lado el reencuentro fue genuino. Pero el mismo talento que tiene Jorge para hacer canciones, también lo usa para intereses personales y para mentir.

¿Y cómo es la actual relación con Miguel Tapia?

Estoy tocando con él, pero ahora me concentraré en mi disco solista. Yo soy feliz tocando mis canciones, pero la gente es feliz cuando tocamos canciones de Los Prisioneros. El público ha hecho suyas las canciones de Los Prisioneros.

¿El libro se pondrá a la venta en países como Ecuador?

Sí, estamos tramitando eso. La idea es que se venda en toda América Latina. Se puede comprar en la página web del libro.

¿Tienes planes de realizar alguna presentación en Quito o Guayaquil?

Me encantaría. Cuando publique mi disco a fin de año voy a volver a tomar en serio mi carrera musical. Mi último disco salió en octubre de 2006. Mi vida después de eso se transformó en una pesadilla.

¿Descartas un nuevo regreso de Los Prisioneros?

No hay regreso. La verdad es que es imposible que Los Prisioneros nos juntemos.

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