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El Telégrafo
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El mercadillo se impuso en las fiestas del cantón Milagro

El mercadillo se impuso en las fiestas del cantón Milagro
18 de septiembre de 2018 - 00:00 - Silvia Murillo

La avenida más emblemática del cantón guayasense Milagro, la 17 de Septiembre, se convirtió en un mercadillo donde vendedores informales, locales y de otras provincias, ofertaban una variedad inagotable de productos: zapatos, vestidos, chompas, pulseras, artesanías, comida, dulces tradicionales, bebidas, carteras, juguetes...

Los puestos -que debían tener permisos del Municipio- llegaron hasta frente a la iglesia San Francisco de Asís, más conocida como iglesia Central.

¿El motivo? Los 105 años de cantonización de la ciudad, que se conmemora cada 17 de septiembre pero cuyas festividades se inician desde el primer día del mes.

El estrepitoso ruido de un altoparlante se convirtió en la nota discordante, pues mientras el sacerdote ofrecía misa los feligreses escuchaban la canción “Mi Cucu”, de la Sonora Dinamita.

El bullicio de los vendedores se mezclaba con el claxon de los vehículos que eran desviados por calles alternas porque la avenida Juan Montalvo había sido cerrada y en sus veredas las sillas de plástico  lucían dispuestas para ser alquiladas por quienes ayer salieron a observar la parada militar.

Ese panorama de mercadillo se extendió hasta la avenida Quito, sitio donde está ubicado el nuevo monumento de la guitarra (allí queda la denominada “zona rosa”). Y la marea de comerciantes alcanzó también la explanada del estadio Los Chirijos, donde se ubicaron los ya tradicionales juegos mecánicos.

Salir a dar una vuelta era casi un “deporte extremo”, pues había que sortear vehículos, comerciantes y a esos curiosos que se estacionan en cada puesto y no compran nada. También formaban parte de la aglomeración  aquellos que se encontraban con amigos y familiares en el desnutrido paso. Y obviamente había que andar a “cuatro ojos”, pues los “dueños de lo ajeno” se mezclaban entre la muchedumbre. De esta manera Milagro vivió sus fiestas, con mucho colorido y escaso progreso. (I)  

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