Ecuador, 24 de Abril de 2024
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El Telégrafo
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Horas de fauna y emprendimientos

El cocodrilo de más de dos metros, el papagayo con plumas multicolores y las largas garras del oso perezoso atrapan las miradas de los niños y adultos que pisan por primera vez el Parque Histórico de Guayaquil y también a los que vuelven a visitarlo.

Los animales están por separado pero permanecen quietos, ni siquiera el ruido de las pisadas los perturba. Esto no ocurre con la tierna nutria que no para de dar piruetas y deslizarse debajo de una poza de agua. Es muy rápida para sumergirse. A ratos saca la cabeza para luego repetir sus movimientos.

“Mira lo coqueta que es, le gusta que la miren”, expresa una de las personas.

Unos pasos más adelante un show protagonizado por cuatro monos provoca que los visitantes detengan su recorrido. Uno de los primates mueve el árbol para que los otros no suban. Cada vez que alguno intenta hacerlo es remecido fuertemente.

Las personas que se detuvieron para verlos no dejan de reírse y las carcajadas aumentan cuando uno de los pequeños simios intenta llevar consigo un pedazo de tronco abrazado en sus patas traseras y no lo logra. Cada vez que se le caía lo volvía a hacer.

El paseo por el viejo camino de madera, que recibe trabajos de mantenimiento por parte de Inmobiliar, termina pero aún hay más por ver. Hay un puerto que da una vista del río y en la que a lo lejos se puede divisar la Terminal Terrestre. En el parque no solo florecen las diversas especies de flores sino también los emprendimientos que al final del paseo se exhiben.

Está el tradicional rompope, de cacao o café, chocolate, un vino de jamaica y dulces que dan a degustar al que pase por el lugar. Muchos se convencen con su sabor y compran. La ropa, zapatos, artículos para decoraciones son parte de la feria.

Cerca de los stands hay una pequeña finca en la que se recrea una casa de caña muy similar a las que hay en el campo, un gallinero, un corral de puercos y un pozo con agua. También hay una montura, que a falta de caballos está sobre una silla. En ella los niños se suben con rapidez.

Finalmente el parque tiene una casa de origen montuvio. En ella, en el área de la cocina, hay fogones, mientras que en los dormitorios están las camas de fierro con toldo, una máquina de coser que remonta a las mujeres, que pasan los 50 y 60 años, a la época donde usaban vestidos con vuelos y sombreros. (I)

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