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El Telégrafo
Daniela Ángela Leyton Michovich

Zarlet la que ilumina

02 de octubre de 2021 - 00:34

Conocí a Marcela en la antesala de una radio en La Paz Bolivia, las dos esperábamos una entrevista en distintos temas, ella pasó primero. Escuché con atención a una mujer valiente que a pesar de la adversidad y el dolor se mostraba amable y lúcida. Ella estaba ahí para hablar de Zarlet “la que ilumina”nombre que le dio a su hija al nacer, sin imaginar en ese entonces la dura prueba que iba a ponerle la vida cuando su niña amada fuera secuestrada en pleno centro de la ciudad de La Paz – Bolivia en horas del día.

Desde entonces hasta ahora ya suman nueve años y Marcela no ha dejado de buscar a Zarlet, de hablar de ella y  de perseverar en su lucha, de armar redes de mutua colaboración con instituciones del Estado y de la sociedad, de darle impulso a una “campaña de amor” que colabora y acompaña a otras madres en la búsqueda de sus seres queridos.

En este camino Marcela relata que hubieron eventos en los que incluso su vida corrió peligro. Tristemente se pueden encontrar muchos casos similares de madres que ante la impotencia frente al lento accionar de las instancias correspondientes, llegan a investigar por su cuenta y ponen en riesgo su integridad por recuperar a sus hijas. Uno de estos casos es el de Maria ( nombre ficticio citado en la prensa) quien el año 2015 rescató a su hija de una red de trata y tráfico en Rurrenabaque ( Dpto. Beni-Bolivia) , luego de que la joven fue secuestrada en la ciudad de La Paz (Dpto de La Paz), o el caso de la “madre coraje” argentina quien fue tras la red de trata que le robó a su hija, llevó al estrado a los secuestradores y  rescató hasta ahora al menos a 400 mujeres víctimas de trata mientras persevera en su búsqueda, hasta hoy sin resultados.

No menciono estas historias por romantizar la valentía de estas mujeres, lo hago como una denuncia por la ineficacia, la corrupción, la negligencia y el machismo de las instancias correspondientes. Ellas son madres que no pidieron ser valientes, que nunca en la vida se imaginaron pasar por semejante dolor, quienes no duermen un solo día sin pensar en sus hijas y son quienes pelean solas en diferentes frentes simultáneos.

Los avances de Marcela en el rescate de su hija quedaron paralizados desde el año 2019 periodo en el que no pudo avanzar debido a la crisis política en Bolivia, seguida de la pandemia del pasado año. Sin embargo, la anterior semana retornó una luz de esperanza, Marcela recibió noticias del mediador que contrató para este caso. Esta persona le dijo que estaba a horas de ver a Zarlet y es que al parecer, según la madre “ella se encuentra en poder de grupos irregulares apostados en una zona fronteriza  entre Colombia y Venezuela”.

¿Cómo es posible que Zarlet fuera trasladada tan lejos? Lo que se sabe por la misma Marcela es que los captores cambiaron la identidad de su hija en al menos cuatro oportunidades. Esta es la razón por la que incluso a pesar de llegar a su conocimiento que otras dos jóvenes bolivianas están junto a Zarlet, no es posible saber quienes son, apenas notar su procedencia.

Ahora bien, a pesar de la cantidad de evidencias que Marcela mostró oportunamente a las autoridades sobre el caso de su hija, de forma increíble el caso de Zarlet fue cerrado en varias oportunidades y abierto nuevamente por acciones incansables de Marcela y es que como ella misma relata, tuvo que hacer oídos sordos a todos los que decían que deje de buscarla,que Zarlet estaba muerta, o que ella estaba loca, tuvo que decidir no desgastarse ante la frustración por la negligencia  y corrupción latente en varias instancias.

Marcela informó que los captores de Zarlet solicitaron para su liberación un diálogo con el presidente de Colombia. Esta solicitud es imposible para Marcela porque ella y Zarlet son apenas dos ciudadanas bolivianas y poco o ningún alcance tienen para llegar a estas altas autoridades. Es aquí dónde se hace urgente la presencia del gobierno boliviano, un diálogo inmediato.

El caso de Zarlet es apenas uno de los millones de casos en toda la región. Los debates son múltiples y variados sobre qué hacer y cómo evitar o actuar frente a las desapariciones forzadas y la trata y tráfico en América Latina, lo cierto es que esto además de desnudar un circuito y cordón peligroso de débiles capacidades estatales en los países latinoamericanos, también da cuenta del perfeccionamiento de las operaciones de estos grupos y de cómo ellos “hacen y deshacen” en la región.

Esperamos el regreso de todas las Zarlet que  nos arrebataron, que no “desaparecieron” como si de un fantasma se tratara, porque sabemos que ellas no se fueron voluntariamente de sus casas, no huyeron con el novio y no se enlistaron en ninguna guerrilla, porque no importa la hora en la que salieron o cómo vistieron, ellas no se fueron porque quisieron, a ellas se las llevaron y exigimos que regresen.

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