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El Telégrafo
Íñigo Salvador Crespo

“¡Vuela, vuela, guamancito!”

17 de junio de 2018 - 00:00

El 3 de mayo, en las faldas del volcán Rumiñahui, a 3.500 msnm, tuve el privilegio de participar en la liberación de un gavilán de Swainson, que, tras haber sido rescatado de su cautiverio en una mecánica en Guangopolo, fue curado, cuidado y puesto a punto para su reinserción por especialistas en veterinaria y cetrería. Además, se le dotó de un transmisor que permitiría seguirle la pista hasta su destino en Norteamérica, pues es una especie migratoria que en esta época del año vuela de retorno a la región boreal, donde se aparea y reproduce.

El momento en que el gavilán alzó el vuelo entre aplausos y vivas de los presentes es una emoción que guardaré siempre en la memoria. El polifacético Juan M. Carrión cantó un sanjuanito de su autoría: “Este guamán es un viajero que quiere al nido regresar. ¡Ay, vuela, vuela, guamancito; vuela, vuela, gavilán!”.

Gracias a la tecnología satelital fue posible rastrearlo: desde el Rumiñahui voló al norte y, siguiendo el curso de los ríos Guayllabamba y Esmeraldas, llegó a las playas de nuestra provincia costera; allí se desvío hacia el sur hasta punta Galera, para luego regresar hacia el norte, atravesar todo el litoral colombiano y llegar hasta la frontera panameña. Ahí el transmisor siguió emitiendo, pero no se movió más. Con el auxilio de ornitólogos colombianos se logró llegar el jueves 14 de junio al lugar de origen de las emisiones y encontrar al gavilán: había sido abatido de un disparo, después de volar más de mil kilómetros.

Ese mismo día, entre tanto, el Parque Nacional Galápagos recibió veintiséis tortugas gigantes, recuperadas por la Policía peruana cerca de Piura en abril de 2017. Pasarán seis meses en cuarentena para descartar cualquier enfermedad contagiosa y despojarlas de semillas que pudieran amenazarlas, a ellas y al ecosistema del archipiélago.

Luces y sombras, logros y reveses. Dos desenlaces opuestos para la misma historia: los esfuerzos de unos pocos por conservar la fauna silvestre se enfrentan al despliegue inexorable de muchos otros, que buscan medrar hasta del más frágil recurso de la naturaleza. (O)

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