La Universidad Técnica Estatal de Quevedo (UTEQ), junto a otras 55 universidades y escuelas politécnicas del país, recibió la visita in situ del Caces (Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior) entre el 2 y 6 de diciembre pasado. El objetivo: la evaluación para su respectiva acreditación como Institución de Educación Superior (IES). Evaluaciones que buscan asegurar una apropiada formación de los estudiantes con los estándares de calidad exigidos.
Es de criterio común reconocer el salto considerable de la UTEQ en su desarrollo de los últimos años. Creada mediante registro oficial N° 674 con fecha 1 de febrero de 1984, la universidad riosense se ha volcado en los últimos cinco años a un evidenciable cambio para bien, tanto en su infraestructura física como en lo académico. Aunque nunca deja de faltar por hacer, la comunidad universitaria reconoce también a su rector, Eduardo Díaz Ocampo, como la figura determinante en la consecución de tales logros.
Dentro de ese ámbito, al rector de la UTEQ le escuché manifestar, dirigiéndose a cientos de docentes, que la universidad asentada en Quevedo y con 8.900 estudiantes, recibe menos de la mitad en su presupuesto económico de lo que un par de universidades, en Quito y Guayaquil, reciben con 7.000 a 7.500 estudiantes. Pero que, aun con tales inequidades, se han alcanzado las metas propuestas. Esta desigualdad de asignaciones, producto de un bicentralismo histórico, es lo que muchos actores de la educación piden terminar de una vez por todas. Inequidades con las que también pudo toparse el Caces en sus valoraciones.
Valga la oportunidad para invitar, desde los respectivos informes de evaluaciones, se proponga un mayor equilibrio en la asignación de presupuestos para las IES. Que deje de ser un factor determinante la ubicación de una universidad para recibir más o menos recursos, aun estando al mismo nivel o categoría. Factor que puede cambiar con una simple decisión política y que podría llegar a suceder, reconociendo esta particular realidad de las IES en provincias. Esperemos suceda. (O)
