El próximo 24 de mayo, Lenín Moreno cumplirá un año liderando el Ejecutivo. El Presidente ha marcado su propio estilo de gobierno desde el primer día en su discurso de investidura, donde se evidenció la distancia que tomaría en relación con su antecesor. Son muchas las características que podrían definir a este gobierno y su actuar, referiré algunas.
Lenín Moreno recibió un país que supuraba corrupción por todas sus costuras y esta estaba tapada y controlada gracias a la hábil metida de mano en la justicia del aparataje del expresidente Correa. Descubrir todo ese entramado de corrupción en un país con una gran polarización, misma que generó el exmandatario, no era tarea fácil, en primer lugar había que bajar el nivel de confrontación social y romper esa división existente entre los ecuatorianos. Lenín consiguió con gran habilidad, sumar adeptos de diferentes grupos y contar con el apoyo de gran parte de la población en su lucha contra la corrupción. Pero destapar la corrupción no era suficiente, había que juzgar a los corruptos y eso también pasaba por desmontar el entramado judicial que había creado a su imagen y semejanza el expresidente Correa.
Esta situación supuso la necesidad de convocar una consulta popular para poder romper el control autoritario que sobre los cinco poderes de la Constitución ecuatoriana había establecido Correa. El triunfo en esta consulta fue del pueblo ecuatoriano, que decidió apostar por la democracia y dar la oportunidad al gobierno de Lenín Moreno de juzgar a los corruptos por un lado, pero sobre todo de retornar a un gobierno democrático.
Sin embargo queda pendiente poner en marcha un aparataje legal, independiente, transparente y con los mayores niveles de justicia, para así poder terminar con esos años de corrupción que maltrataron al Ecuador. Sin duda hay un primer triunfo de Lenín Moreno sobre la corrupción, que ahora es necesario rematar en su totalidad desde la justicia, pero el triunfo mayor es el de la Democracia con una recuperación de la división de poderes, la liberación de los poderes judicial y de Participación Ciudadana, que pusieron fin a diez años de autoritarismo. (O)
