A los 25 años era mesera y hoy, a los 29, es la legisladora más joven en la historia de Estados Unidos. Alexandria Ocasio-Cortez llegó a Washington empujada por su destreza en redes sociales. El número de seguidores en Twitter aumentó 600% desde junio y sus publicaciones generan más interacción que las del presidente Trump.
La mayoría de candidatos en Ecuador perdió de vista ese espejo y vimos una antología de tropiezos. Quizás uno de los memorables (y digno para el olvido) fue la publicación en Instagram de María Sol Corral (@mariasolcorral) el 15 de febrero. La chancleta para espantar “a los mismos de siempre” fue un bumerán. En el salón de la infamia también queda su hashtag #yatocaalasmujeres.
No muy lejos yace un comentario en Twitter de @CynthiaViteri6 del 11 de febrero, en el que aseguraba que una víctima de femicidio podía haber “desarmado a su agresor” si hubiera sabido defensa personal.
Tampoco fue muy acertada la candidata a prefecta por Guayas Cecilia Calderón, quien apareció el 21 de diciembre en un video de @lahistoriaec arengando con una popular frase que se refiere a gallinas viejas y a buenos caldos. Temprano en marzo debutó su alter ego de la “Chilindrina” en @ceciliacalderec en Twitter.
@LaPosta_Ecu publicó el 22 de diciembre un adelanto a la entrevista del exaspirante a la alcaldía de Quito Juan Carlos Solines. Es difícil confiar en un exitoso abogado que afirma que se casó virgen a los 27 años y que toma el transporte público para ir a sus reuniones de trabajo. Jimmy Jairala presentó el 15 de marzo en Twitter (@jimmyjairala) un proyecto urbanístico con una inversión extranjera millonaria nunca antes vista, que generaría unas 3.500 plazas de trabajo. La maqueta lucía espectacular, pero los comentarios coincidían en que era demasiado bueno para ser real.
Ser joven o milenial, como Luis Espinosa (el “Niño Yuca”) o la cantante @Kerly_E_Moran, no es garantía de intuición. Pese a ser un articulado comunicador, @juancaholguin no tuvo olfato para evitar la trampa en el episodio del #NiñoJuanCa. Alexandria Ocasio-Cortez hubiera seguramente capitalizado el ataque a su favor con alguna respuesta brillante, rápida y coqueta. De esas que, aparentemente, escasean últimamente en el país. (O)
