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El Telégrafo
José Vales

Tiempo de descuento

21 de agosto de 2020 - 00:00

Con el mundo cuasi-paralizado, con las economías de varios países en franca descomposición y sin políticas proactivas para poder atemperar la crisis global, lo único que muchos de los gobiernos tienen para ofrecer es la nada. Como si estuvieran consumiendo el tiempo de descuento en un partido que vienen perdiendo por goleada.

Ejemplos hay muchos. Algunos están mejor parados que otros por una cuestión geográfica o estructural, pero a nosotros nos atañe esta parte del mundo, donde la crisis tienen su dinámica propia y rasgos más que singulares. Ahí está el gigante regional, Brasil, donde un personaje como Jair Bolsonaro goza de su mejor marca en las encuestas desde que llegó al poder el primer día de 2019 y su vecino, Argentina, donde el presidente Alberto Fernández y su gobierno hacen gala de una carencia de ideas para poder poner en marcha un gobierno que, por culpa de la pandemia, demoró su arranque.

Sólo la cuarentena “Más larga del mundo” (si no lo verbalizan no serían argentinos) y a contar muertos todos los días, en una economía que marcha desde hace años camino a una bancarrota y que necesitan que la motoricen cuanto antes.

Pero las señales que envía el gobierno son más que confusas, mientras intentan fabricar vacunas y modelos autóctonos de Bolsonaro´s. Se enfrasca en batallas que tienen la derrota como único destino y una sociedad que comienza a tomarle el pulso al gobierno, con una protesta en las calles el último fin de semana.

Pero Fernández y su equipo de gobierno, todo pasa por el Covid-19, en dónde llegó a compararse con Suecia, en un actitud cuanto menos infantil y se arriesgó a decir que al Coronavirus “le estamos ganando”, de la misma forma que alguna vez lo militares lo dijeron en plena guerra de Malvinas y así terminó aquello.

El partido expira y el gobierno se muestra estéril y llegó a festejar la renegociación de la deuda externa como un penalti a favor. Y no mucho más. En un ejemplo de la pobreza franciscana en materia de ideas y estrategias en la que se mueve, no sólo la Argentina, sino la mayoría de los gobiernos regionales. Podríamos analizar a Iván Duque, en Colombia o Sebastián Piñera, en Chile, por citar sólo algunos y obtendríamos resultados similares. Y ahí sí, caeríamos en la cuenta de que estamos perdiendo esta final y entramos hace un rato en tiempo de descuento. Avisémosles para que, de una vez, caigan en la cuenta y al menos los muchachos salven la honra. (O)

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