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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

Tercera vuelta

30 de diciembre de 2016 - 00:00

Cuando se empiezan a obtener las pruebas de ciertas irregularidades cometidas en Petroecuador es el Gobierno el que denuncia estos hechos ante la Fiscalía. No hubo ninguna investigación y, por tanto, ninguna denuncia por parte de la oposición. Con el pasar de los días y con la ayuda de medios privados y redes sociales, los opositores se apropiaron del tema; lograron -parcialmente- el objetivo: etiquetar al gobierno del presidente Correa como corrupto. Lo real es que unos pocos pillos de la estatal petrolera se apropiaron de algunos milloncejos; razón por la que han sido detenidos unos y están siendo perseguidos otros.

No cabe duda de que en diciembre de 2016 comenzó ya la primera vuelta, con la participación de los actores políticos más activos: los medios de información privados. Reforzada está con el informe de la Corte de Justicia de Estados Unidos de los sobornos que -desde 2007 hasta 2016- la empresa brasileña Odebrecht habría entregado a varios funcionarios públicos ecuatorianos y que sumarían $ 33,5 millones.

Uno de los ‘blancos’ del documento podría ser el candidato a la Vicepresidencia por parte de Alianza PAIS (AP). Así, se reforzaría la percepción de corrupción que afectaría también al candidato Lenín Moreno; es decir, la segunda vuelta, a realizarse el 19 de febrero de 2017, podría dar como resultado que Moreno y Glas tengan que disputar una tercera vuelta, el domingo 2 de abril de 2017. La oposición apoyaría al binomio que llegue en segundo lugar.

Así, sin querer queriendo, los medios de comunicación privados cumplen un papel estrictamente político, reemplazando a varios partidos de la oposición que pretenden transportar a nuestra patria al oprobioso pasado neoliberal.

Los comités de la Revolución Ciudadana deben empezar a trabajar a tiempo completo. Es fundamental difundir el Programa de Gobierno 2017-2021 y propiciar el debate político a nivel de bases, porque los candidatos neoliberales -fieles a su tradición- no dirán que tomarán medidas contra el pueblo; no dirán que los paquetazos afectarán dramáticamente el nivel de vida de los sectores vulnerables. Una vez instalados en el poder -simple y llanamente- lo harán.

El programa de AP 2017-2021 debe ser difundido ampliamente para que todos los ecuatorianos y ecuatorianas sepan que continuará la gratuidad de la salud y la educación; la eficiencia de la recaudación tributaria; la dignificación del trabajo; la reducción de la pobreza y la desigualdad; en fin, se continuará con el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado para mejorar las condiciones de vida de los sectores populares. No es casualidad que en el período 2007-2016 dos millones de ecuatorianos hayan salido de la pobreza; no es casualidad, responde a una política de Estado.

A pesar de las dificultades provocadas por la crisis permanente del capitalismo salvaje, el país crece y son los sectores populares los beneficiados.

¿Qué país queremos? ¿El que conviene a unos pocos o el que conviene a la mayoría? ¿Necesitamos un país para un futuro de progreso o un país que retorne al pasado del feriado bancario?

Las mayorías se pronunciarán -en la tercera vuelta-  por el binomio que las representa y mantiene intacta la esperanza de un mejor país para todos. Así de sencillo. (O)

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