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El Telégrafo
Mariana Velasco

Taiwán: perla deseada

17 de agosto de 2022 - 00:00

Taiwán, isla a 128 kilómetros de la costa de China, ha sido durante mucho tiempo fuente de tensión entre Washington y Pekín. China reclama a Taiwán, una isla gobernada democráticamente, como parte de su territorio y ha prometido tomarla, a través del uso de la fuerza de ser necesario.

Su creciente interés en la unificación también refleja un cálculo político interno. Los ejercicios militares, después de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de E. U, buscarían no solo amenazar a Taiwán y Estados Unidos, sino también apaciguar a los nacionalistas chinos en casa.

¿Es cuestión de soberanía o libertad? ‘’Las dos son un estilo de vida, toda vez que un sistema democrático se fundamenta en la paz y 23 millones de taiwaneses, desde hace más de siete décadas fortalecen su identidad nacional y sólo ellos, tienen la última palabra sobre su futuro’’, responde Jaime H. E. Chuang, representante gubernamental de la Oficina Comercial de Taipei en Ecuador. Desde luego, no deja de mostrar sorpresa ante el mutismo mundial sobre la situación que viven los vecinos; una en el continente y la otra fuera de él.

Para internacionalistas consultados, la visita de la demócrata californiana, Nancy Pelosi, al parecer, debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos y sus aliados respaldan a Taiwán, su socio democrático, mientras éstos defiendan su democracia y libertad.

El Encargado de negocios a.i. de la Embajada China en Ecuador, Wang Xinming, afirma que la visita de la señora Pelosi ‘’ demuestra que el verdadero propósito de E.U. es jugar la "carta de Taiwán", es decir, "usar Taiwán para controlar China y contener su desarrollo.’’ Mientras Xi Jinping ha dejado en claro, más que sus antecesores, que la unificación de Taiwán con China es una de las metas básicas de su mandato.

Pelosi, considerada hostil en Pekín, quien cubrió una extensa agenda política, también dejó un hueco para los negocios porque de Taiwán, además de sus valores democráticos, también le atrae su acrisolada tecnología. La isla fabrica más del 90% de los chips de alta tecnología del mundo, que dan vida tanto a teléfonos y ordenadores como a la maquinaria bélica. En Taiwán, confían Estados Unidos y China y es tan importante asegurar el suministro propio como impedir el ajeno.

Cabe recordar que hace unos 43 años, el Congreso de Estados Unidos aprobó con una abrumadora mayoría la Ley de Relaciones de Taiwán (la cual posteriormente fue promulgada por el presidente Jimmy Carter), uno de los pilares más importantes de la política exterior de Estados Unidos en Asia Pacífico.

La Ley estableció el compromiso de Estados Unidos con un Taiwán democrático, y generó el marco para una relación económica y diplomática que de forma inmediata se convertiría en clave alianza. Fomentó una profunda amistad arraigada en intereses y valores compartidos: autodeterminación y un gobierno autónomo, democracia y libertad, dignidad humana y derechos humanos. 

Además, fijó la promesa solemne por parte de Estados Unidos de apoyar la defensa de Taiwán: Se debe considerar cualquier iniciativa para determinar el futuro de Taiwán por medios que no sean pacíficos (…) como una amenaza para la paz y la seguridad de la región del Pacífico Occidental, así como una grave preocupación para Estados Unidos.

Hoy, Estados Unidos debe recordar ese pacto. Apoyar a Taiwán, isla de resiliencia y líder en gestión de asuntos públicos. The Economist, ubicó a Taiwán en el puesto 8 del ranking mundial en lo que a democracia se refiere y el número uno en Asia. Freedom House, a la - perla deseada – la calificó como una de las más libres del mundo y liderada por una mujer, la presidenta Tsai Ing-Wen- que estaría bajo amenaza.

 Ninguna de las visitas previas a la isla provocó crisis alguna, porque todas se hicieron a partir de acuerdos diplomáticos que han regido las relaciones entre Estados Unidos, China y Taiwán desde la década de 1970. Desde luego, Pelosi tiene antecedentes de irritar a China y el tiempo dirá si la demócrata dio el pretexto a la segunda potencia para tomar represalias y una nueva ofensiva de Xi Jinping, como antesala a lograr, en noviembre, un inédito tercer mandato. La exposición global actual no compensa el riesgo de una guerra y el miedo a parar los pelos de punta a China más de lo necesario explica la sordina de Taipei durante estos días.

En un acuerdo diplomático intencionalmente ambiguo adoptado en 1979, Estados Unidos mantiene una política de “Una sola China” que reconoce, pero no respalda, el reclamo de Pekín sobre Taiwán.  ¿Qué debería hacer Estados Unidos? El diálogo es un ejercicio y un derecho democrático que nunca está por demás, aunque nada asegura un puñado de días de sosiego como tampoco se puede desconocer la firmeza en la política Pelosi.

 

 

  

 

La Resolución 2758 de 1971 de la Asamblea General de la ONU, reconoce que la República Popular China, es el único gobierno legítimo que representa a toda China. En 1949, a partir de la fundación de la R.P.C., 181 países, incluido Ecuador, han establecido relaciones diplomáticas con la nación asiática.  En 1971, durante la votación de la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU, Ecuador es uno de los 76 países que votó a favor. China y Ecuador establecieron relaciones diplomáticas en 1980.

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