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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

Sumisión vergonzosa

23 de diciembre de 2016 - 00:00

El 2 de diciembre de 2016 se dio un grosero golpe de Estado -que de blando no tenía nada- al suspender a la República Bolivariana de Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur) “por incumplimiento de sus obligaciones”. En realidad, Venezuela es el país que ha cumplido con el 95% de las leyes de integración; porcentaje mucho mayor que el de los demás países miembros. La orden de ‘suspensión’ -que se originó en Washington- fue cumplida al pie de la letra por los gobiernos neoliberales de Argentina, Brasil y Paraguay.

El 14 de diciembre 2016 se tenía programada una reunión del bloque de integración subregional sin la participación de Venezuela, puesto que estaba ‘suspendida’. Al enterarse de la presencia de la ministra del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, Macri envió un grupo antimotines para impedir su entrada al Palacio de San Martín. Tras forcejear con el pelotón de policías, Rodríguez rompió el cerco y logró ingresar al salón que había sido preparado para la reunión. Este vergonzoso episodio, que no tiene antecedentes en la historia de la diplomacia latinoamericana, demuestra  que la sumisión del gobierno neoliberal de Macri al imperio no conoce límites.

La actuación de los gobiernos derechistas de Argentina, Brasil y Paraguay (la Triple Alianza) lo único que hace es demostrar la intolerancia política al modelo que representa la Revolución Bolivariana que se alimenta de las propuestas históricas de unidad planteadas por nuestro Libertador. También demuestra que esta Triple Alianza busca concretar la desintegración de América Latina. Esta política antiunidad nos hace recordar lo sucedido en 1962, cuando la heroica Cuba fue expulsada de la OEA; en aquel tiempo, los gobiernos títeres de los países americanos cumplieron la orden de Washington, que pretendía aislar a la Revolución y al pueblo de Cuba. México fue la honrosa excepción.  

Es necesario recordar también que fue precisamente en Argentina que falleció el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA); no obstante, con estas groseras acciones los gobiernos procolonialistas de Argentina, Brasil y Paraguay pretenden revivirla. La delegación venezolana actuó con valentía y dignidad, como corresponde a un país soberano. Según los complotados, la presidencia pro tempore está ya en manos de Argentina.

El proceso de desintegración latinoamericana debe contar con la complicidad de los gobiernos neoliberales. Se trata de otro ataque a la Revolución Bolivariana porque obstaculiza los planes imperiales en la región. Los súbditos seguirán trabajando en la dirección que el imperio decida, y para ello cuentan con personas como Susana Malcorra, que funge como ministra de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina. Con Eladio Loaizaga, canciller de Paraguay y uno de los participantes en la elaboración del Plan Cóndor, según reveló la Comisión de Verdad y Justicia de esa nación. También cuentan con el concurso de José Serra, canciller del golpista Temer, un feroz crítico de Lula da Silva y del comandante Hugo Chávez. Seguramente otros oscuros personajes hoy mismo están trabajando para cumplir con el triste papel de dividir y traicionar a sus pueblos.

En esta difícil hora, es necesario demostrar que la unidad latinoamericana es posible y necesaria; también se debe demostrar que el derecho internacional está vigente. (O)

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