Ecuador, 25 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Felipe Rodríguez

Stoner

04 de noviembre de 2019 - 00:00

Algunos lunes como hoy les recomendaré libros que acaban de alojarse en mi cerebro. ¿Por qué? Porque no todo es política, conmoción social y farándula mediática. La verdadera distancia que existe entre minorías formadas y masas amorfas es la longitud de un libro.

Leer mata. Sí. Mata la idiotez y la ignorancia. Si usted quiere existir por culpa de ese maldito esperma y morir porque es la única alternativa que le queda después de haber nacido, entonces deje de leer esta columna. Si quiere ser algo más que vísceras y fluidos intercambiables, léala hasta el final.

Stoner de John Williams no es una novela, es LA NOVELA. No les voy a contar de qué se trata porque su trama es tan común, simple e irrelevante, que si les cuento no la leen. Pero si no la leen porque les conté lo simple de su trama, entonces, nunca me lo perdonarán.

Únicamente les voy a contar esto: lo que a un autor promedio le toma al menos un libro entero describir (como una relación amorosa, un problema marital, la muerte de tus padres, la infancia cruel de la pobreza, etc.), John Williams lo narra en un solo y simple párrafo y así dice más que mil páginas juntas. Es alucinante como con tres oraciones inyecta una enciclopedia de información mientras hace que el corazón de tumbos arrítmicos contra el tórax.

Si creen que son únicos y que sus vidas no se comparan con los mediocres de la casa alado, por favor, lean Stoner y entiendan: todos somos la misma cosa. En la rutina irrelevante de la vida diaria se alberga la esencia profunda de la vida propia. Leerán la vida de un personaje que estoy seguro es menos intensa y con menos experiencias que la suya propia. Y en su simpleza e intrascendencia se hallarán bajo el agua, sin poder respirar.

No hagan un masterado sin haber entendido Stoner. No se casen sin haber acabado esta novela. Ni se les ocurra tener hijos con esta obra lejos de sus estanterías de libros leídos. No vayan a tener amantes sin antes haberse escabullido con estas páginas. Stoner es clímax de lo lúgubre, es la precipitación desenfrenada a lo mundano, es la ansiedad y pureza de la frivolidad y el aliento.

Como le dice Sloane a Stoner en la novela: “Hay guerras, derrotas y victorias de la raza humana que no son militares”. Solo léanlo y cuando lo acaben les sucederá lo mismo a que a mí: Stoner, cual hierba mala, les seguirá creciendo en la cabeza. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media