Ecuador, 18 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Cristian Bravo Gallardo

¿Será la oportunidad para romper esa dependencia?

09 de octubre de 2021 - 00:00

Más de 3.500 millones de usuarios de todo el mundo fueron afectados el pasado lunes 4 de octubre, por la caída de Facebook, Messenger, Instagram y WhatsApp y que se extendió por más de seis horas. Ello llevó a que Mark Zuckerberg, dueño de estas redes sociales pidiera perdón por lo ocurrido. Memes y comentarios jocosos se regaron por plataformas como Twitter y TikTok, así como por las redes caídas, luego de que estas volvieran a estar en línea.

Según firmas especializadas, lo ocurrido con plataformas como WhatsApp, hizo que la mensajería Telegram, su principal rival, pasara el lunes de la 56.ª a la 5.ª posición en la clasificación de las aplicaciones gratuitas más descargadas en países como Estados Unidos.

El bloqueo atravesado por el gigante Facebook, demuestra que incluso los pilares de internet no están a salvo de un daño de alcance mundial. Refleja también la enorme dependencia y vulnerabilidad que existe en el mundo a los gigantes tecnológicos, los cuales actualmente se encuentran concentrados en pocas manos y se manejan con prácticas monopólicas.

La caída de la matriz Facebook y sus plataformas no solo se trató de un fallo tecnológico, fue un momento en el que las formas de comunicación y entretenimiento se vieron alteradas de manera repentina, lo cual generó un impacto psicológico y comunicativo. Expertos destacan sobre la importancia de aprender de estas lecciones, a fin de replantear la forma en como el ser humano se relaciona en los diferentes ámbitos de su vida.

En un mundo marcado por la pandemia y en el que se mantiene la incertidumbre por continuar en el teletrabajo, las clases virtuales y el comercio en línea, o regresar a escuelas, comercios, bancos y fábricas; la excesiva concentración de una herramienta poderosa como las redes sociales en pocas manos, ha encendido las alarmas. El desconocimiento sobre el origen del “apagón” virtual por parte de los responsables de Facebook, al no saber si se trató de una cadena de fallas humanas y técnicas, o de un ataque cibernético, han aumentado esas dudas.

Facebook demostró no ser tan poderoso después de todo, pues su colapso durante varias horas no evitó que la sociedad siga en pie. Fue mucho más fácil pasar unas horas sin el sitio web y sus aplicaciones que quedarse sin electricidad o agua. Ello demuestra que el éxito de este sitio web depende de la devoción que el ser humano ha generado hacia él.

Esta semana se produjo una desconexión obligada e imprevista. La semana siguiente podría ser una desconexión por elección. “Menos Face y más Book! Es hora de abrir un buen libro y olvidarnos de las redes sociales”, se ha señalado desde algunos espacios.

¿Será esta una oportunidad para romper esa dependencia de las redes sociales que tanta polarización ha generado en la sociedad y volver a mirar y escuchar a quienes están al frente o alado nuestro?

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media