Hoy que nuestros hijos y nietos están de vacaciones, nos podemos convertir en hadas y duendes, sembrando sueños en los más pequeñitos e invitándoles a los más grandes (10 a 14 años) a descubrir el hechizo y el encanto del mundo de los libros.
Desde las 20 semanas de embarazo un bebé ya puede escuchar las voces de papá y mamá, su canto, sus cuentos, sus rondas. Es desde este momento en que empezamos a estimular muchas conexiones cerebrales y afectivas con nuestros bebés.
Luego, cuando nacen, mientras se alimentan del pecho de mamá, deben escuchar su voz amorosa, cantando, arrullando, alimento lúdico de afecto. Apenas empiecen a descubrir formas y colores, debemos acercarlos a los libros de tela, de cartón, a los sonoros, a los acuáticos. Permitir que el amor se transforme en palabras y música.
A partir del año de edad deben llegar a los pequeños los libro-álbumes: imágenes, colores, pocas letras; mamá, papá o los abuelos tendiendo los primeros puentes de fantasía.
Al poco tiempo ya nos volvemos hadas y duendes, tomamos sus manitos y los trasladamos al viaje sorprendente de los cuentos que salen de nuestra memoria y nuestro corazón, el baúl de los tesoros:
Por si no te lo he dicho, de María Fernanda Heredia.
Colorín Colorado, de Sozapato.
Los días raros, de Roger Ycaza y María Fernanda Heredia.
Sueños, de Marco Chamorro.
El paso de los días nos regala nuevas aventuras, leer en voz alta es un acto de amor, es como dar un abrazo, una caricia a los sueños y la imaginación:
Memorias de una araña, de Ana Carlota González.
Un marciano en la oreja, de Isabel Jijón.
Hermosa Puropelos, de Soledad Córdova.
Celeste y la dinosauria en el jardín, de Mempo Giardinelli.
Más tarde llegarán los libros más grandes, con historias y palabras diferentes, con personajes entrañables, con aventuras que les diviertan y atrapen:
Cuentos de medianoche, de Leonor Bravo.
Hay palabras que los peces no entienden, de María Fernanda Heredia.
Contigo en la luna, de Liset Lantigua.
Odio los libros, de Soledad Córdova.
Así, ellos nos llevarán a conocer el baúl secreto de sus tesoros interiores. (O)
