La provincia de Los Ríos tiene trece cantones en su división política y territorial. Los que acaparan gran parte de la atención son los más grandes y no siempre lo hacen de forma positiva. En cambio, los cantones pequeños enfrentan sus necesidades y luchas con cierto silencio en medio de esta crisis humanitaria, pero también con muchas acciones positivas por parte de sus alcaldes. Allí un alcalde es alguien que conoce a casi todos y busca la manera de no fallarle a nadie.
Así como a través del portal de compras públicas se ha manifestado, por parte de ciertas autoridades, una falta de sentido de humanidad con los recursos de municipios y prefecturas, en beneficio de la población; también se ha podido observar la gestión pertinente y humanitaria de alcaldes en municipios pequeños hacia sus comunidades.
Burgomaestres ejemplares de la provincia de Los Ríos que merecen recibir la atención de parte de la prensa y que de mi parte, aquí se las otorgo. Empiezo con el cantón Valencia, llamado "El jardín de Los Ríos". Celso Fuertes, su alcalde, suspendió todo tipo de obras que había planificado, incluso un asfaltado, para enfrentar con esos dineros la emergencia sanitaria. Algo similar sucedió en el cantón Montalvo de Los Ríos. El alcalde de esa localidad, Óscar Aguilar, decidió hacer lo correcto y pospuso pagos de compromisos adquiridos con la banca pública, tomando esos recursos para asegurar primero la salud de la gente de su cantón.
Capítulo aparte y con letras mayores es el cantón Puebloviejo. Uno de los más antiguos de Los Ríos, pero también uno de los que menos dinero contempla en su presupuesto. Ahí Marcos González ha hecho lo que todo cantón espera de un alcalde.
Desde el primer día de la emergencia se lanzó, literalmente, al agua a entregar ayudas. Brindó dignidad a los pacientes covid de su localidad, con un centro de aislamiento como se merece todo ser humano. Incluso viene generando intercambio de alimentos con autoridades de fuera de su provincia. Hacer lo correcto en tiempos de covid no es difícil, basta con colocar la vida del pueblo sobre todo lo demás. (O)
