Tras las últimas decisiones económicas del gobierno, las aprobadas por la Asamblea mediante ley y los anuncios de inconformidad y paralización de gremios y sindicatos, el escenario para Ecuador es catastrófico ¿Qué destino tiene el país en el corto y mediano plazos a un año de elegir nuevo presidente?

¿Qué escenarios tiene el gobierno para la crisis, que implica un déficit presupuestario por la baja petrolera, el hueco fiscal heredado, el contrabando de combustibles subsidiados, la corrupción y despilfarro acumulado; y, ahora, la falta de ingresos por $ 8 mil millones en rentas debido a la pandemia? Luego del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, las medidas radicales de austeridad son un pinchazo a la burbuja gris que vivimos por más de 10 años.

Pareciera que la parábola del Titánic que usó Jamil Mahuad antes del feriado bancario y de decretar la dolarización, se repite con más fuerza 20 años después. Cualquier camarote que escojamos para salvarnos, tarde o temprano se hundirá ¿Estremecedor verdad?

Lo decía Steve Hanke, economista y profesor en la John Hopkins de Estados Unidos: “Todo es negativo, excepto porque hay dolarización”. Y aunque para él, esa fue “la mejor decisión económica” de los últimos 40 años, el peor error en tanto, “fue elegir a Rafael Correa”, pues la bancarrota que hoy se vive se originó en su gobierno. Tal como a Mahuad: los platos rotos de decisiones legislativas favorables al libertinaje bancario de los 90, decididas entre Sixto y el socialcristianismo, sumadas a sus negligencias, las pagó él.

Creemos que elegimos gobernantes para que nos resuelvan problemas, pero los milagros no están a su alcance, pues además de lidiar contra sus propias negligencias, tienen el boicot de los mismos que lo eligieron, de los tiranosaurios del sindicalismo y politiqueros corruptos y arrimados que esquilman aún más el escaso dinero público. Todos reman al colapso ¿A quién creer como elector? ¿Qué opción podría ser sensata? Ojalá no sea de nuevo el populismo corrupto encantador de serpientes. (O)