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El Telégrafo
Antonio Quezada Pavón

Rendición de cuentas y transparencia

13 de marzo de 2014 - 00:00

La rendición de cuentas consiste en informar y explicar a los ciudadanos las acciones realizadas por el Gobierno de manera transparente y clara para dar a conocer sus estructuras y funcionamiento, y por consecuencia, ser sujeto de la opinión pública. Es el requisito primordial para que una autoridad de elección popular busque la reelección, pues es la única manera de que los ciudadanos puedan estar informados de las acciones del Gobierno y la manera de realizarlas. Con la transparencia, se da a conocer si el Gobierno está haciendo correctamente lo que difunde y publica a la ciudadanía.

El sábado pasado, el presidente Correa ofreció el Enlace Ciudadano número 364 desde el cantón Tisaleo de la provincia del Tungurahua; un evento de rendición de cuentas que ha utilizado por 7 años consecutivos recorriendo todo el país. Aquí se reflejan los logros alcanzados en materia de transparencia presupuestaria mediante: un presupuesto basado en resultados; una evaluación de desempeño institucional y, sobre todo, los mecanismos de una correcta contabilidad pública. Esto contribuye a lograr algunos objetivos muy importantes para la estabilidad política de la nación: se han consolidado los mecanismos democráticos de rendición de cuentas; se estableció la cadena de responsabilidad en el uso de los recursos públicos; se ofrece mejor información y herramientas para el control de la información a la ciudadanía sobre el gasto público; y eventualmente se generan incentivos para mejorar el desempeño de las instituciones.

Si bien las denominadas ‘sabatinas’ son un efectivo instrumento de comunicación, la rendición de cuentas debe estar muy relacionada con un proceso formal que alinee la misión del Gobierno con sus objetivos, programas y actividades; que determine en forma cuantificada la situación de los programas y proyectos; que proporcione información financiera clara y precisa; que valorice el estado de la infraestructura y tecnologías de la información; y que evalúe la gestión individual y la construcción de una sólida cultura país.

Sin duda, es el arma más efectiva para lograr abatir la corrupción, que tiene un altísimo costo económico, pero nunca comparable con los costos sociales, que son padecerla.

Para quienes amamos la democracia, la transparente rendición de cuentas nos permite ejercer el control social de la gestión de nuestros titulares y favorecerles con nuestro voto cuando lo hacen bien.

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