El Centro de Pensamiento Alternativo, en asocio con el Foro Mundial de Alternativas, llevaron a cabo, en Quito, el encuentro «Pensamiento crítico y alternativas», para reflexionar críticamente sobre América Latina: las alternativas y tendencias que se avizoran sobre el nuevo momento de desarrollo y lucha en la región.
Fue una experiencia auspiciosa por la altura y profundidad intelectual de los debates y conferencias magistrales, en los que intervinieron exponentes de las universidades Central, Andina, Católica, del Instituto Tecnológico, lo mismo que del extranjero y de movimientos sociales.
Se examinó primero la crisis del capitalismo. Ya no queda duda de que la crisis es multidimensional, de civilización, que trasciende lo financiero, y conducirá a una nueva transición, como ha ocurrido sucesivamente a través de la historia, desde que el hombre inventó la agricultura hace 10.000 años, pasando desde el estadio de economía primitiva a través del feudalismo al capitalismo, con sus facetas colonialistas, imperialistas, neoliberales, globalizantes.
La reflexión se centró entonces en el examen de las regulaciones que se están proponiendo desde el capitalismo para superar su crisis: “fixing”, “remodelling”, “greening” del capitalismo, pretendiendo humanizarlo y hacerlo compatible con la naturaleza.
El profesor Houtart, quien enumeró las regulaciones que se proponen, hizo ver, a la vez, que el sistema capitalista las rechaza. De hecho no han sido acogidas:
1-Reforma de los organismos financieros internacionales, del Banco Mundial, FMI y la OMC.
2-Creación de un Consejo de Coordinación Económica Global a la par del Consejo de Seguridad (pero con un funcionamiento democrático).
3-Organización de un sistema global de reserva, para ir contra la hegemonía del dólar como moneda de referencia.
4-Institución de una fiscalización internacional.
5-Abolición de los paraísos fiscales y del secreto bancario.
6-Reforma de las agencias de certificación.
7- Salvar el medio ambiente.
El mundo industrializado, los EE.UU. en particular, ha rechazado todo compromiso internacional al respecto. La única medida aceptada ha sido la constitución de un grupo de expertos permanente para prevenir las crisis.
Quedó en claro que las regulaciones, aunque se aceptaran, no bastan, por ser la lógica del sistema capitalista la que está en cuestión, y porque esta lógica promueve medidas pro cíclicas (disminución de las políticas sociales, entre otras). La próxima columna versará sobre las alternativas al capitalismo.
