Ecuador, 24 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Recuperando a la familia

09 de marzo de 2013 - 00:00

Grupos políticos retardatarios y agrupaciones heteronormativas están de acuerdo en defender el derecho a la vida y los derechos de la niñez a tener un padre y una madre con el argumento central que justifica la limitación de los derechos de las agrupaciones LGBTI, incluidas las de mujeres, quienes hemos alcanzado cambios sustanciales en materia de Derechos Humanos en Ecuador.

Ellas y ellos defienden una ideología naturalista y religiosa de la que se conocen los principios: su hegemonía heterosexual ha reposado siempre sobre el derecho de oprimir a la diversidad sexual y de género. Se tiene la costumbre de verlas y verlos blandir un hacha, lo que es problemático es que fuerzan a la niñez a portar esa hacha patriarcal.

La niñez que ellas y ellos aseguran proteger no existe. Las y los  defensores de la infancia y la familia hacen llamado de la familia política de la niñez que ellos construyen, una niñez presupuesta heterosexual y bajo la norma del género. Una niñez que privan de toda fuerza de resistencia, de toda posibilidad de hacer un uso libre y colectivo de su cuerpo, sus órganos y su propia naturaleza. Esta niñez que ellas y ellos aseguran proteger exige la discriminación, la opresión y la violencia.

Los fundamentalismos que son su musa, se aprovechan de que es imposible para la niñez rebelarse políticamente contra el discurso adultocéntrico: la niñez es siempre un cuerpo a quien no se reconoce el derecho de gobernarse. Permítanme, entonces, compartir una escena de enunciación, de hacer un derecho de réplica en nombre del niño gobernado que fui, de defender otra forma de gobierno de las y los niñas y niños que no fuimos como los demás.

Alguna vez fui el niño que estos retardatarios se enorgullecen de proteger. Y me sublevo hoy en nombre de la niñez, que estos discursos falaces esperan preservar. ¿Quién defiende los derechos del niño diferente? ¿Los derechos del chico pequeño que ama vestir de rosa? ¿De la chica pequeña que sueña con casarse con su mejor amiga? ¿Los derechos de la niña o niño, maricón, tortillera, transexual o transgénero? ¿Quién defiende los derechos de la niña o niño para cambiar de género si lo deseara? ¿Los derechos de la niñez a la libre autodeterminación de género y sexualidad? ¿Quién defiende los derechos de la niñez a crecer en un mundo sin violencia sexual ni de género?

En el discurso que estas agrupaciones dan contra los derechos LGBTI, derechos de las mujeres y la procreación médicamente asistida para todas las personas, reconozco las ideas y los argumentos de un sistema político retardatario. En la intimidad del hogar familiar se desplegaba un silogismo que invocaba la naturaleza y la ley moral con el fin de justificar la exclusión, violencia e incluso asesinato de los homosexuales, travestis y transexuales.

Me alejé del hogar a los 19 años, mi supervivencia dependía de ello. Así, aunque tuve un padre y una madre, la ideología de la diferencia sexual y la heterosexualidad normativa me los habían confiscado. Mi padre fue reducido al rol de representante de la ley del género. Mi madre fue privada de todo lo que habría podido ir más allá de su función de útero, de reproductora de la norma sexual. Las ideologías fundamentalistas habían degollado al niño que yo era del derecho de tener un padre y una madre que habrían podido amarme y cuidar de mí sin prejuicios.

Nos llevó mucho tiempo, conflictos y heridas superar esta violencia, y así con los cambios políticos que pude crear y vivir, recuperé a toda mi familia. Mi trabajo como activista LGBTI me fue brindando herramientas para confirmarme que no estaba equivocado. He podido realizar mi cambio de nombre, he realizado la Unión de Hecho con mi pareja y esperamos que el Proyecto Transgénero (PT), del cual formo parte y quienes presentamos el año pasado un Proyecto para cambiar la Ley del Registro Civil, por ser heteronormativa y carente de realidad social y humana, siga cosechando resultados positivos. La Nueva Ley del Registro Civil debe equipararse a nuestra Constitución, que reconoce las diversas familias, las diversas formas de amor y reconoce los derechos de las personas LGBTI y las mujeres.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media