Ecuador, 25 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

La misoginia: Qué es y cuán importante es erradicarla

27 de noviembre de 2021 - 09:53

Algunos tratan de que pase desapercibida, pero la misoginia es un mal que agobia a la sociedad ecuatoriana y sus efectos son devastadores: mata mujeres todos los días. Más de 1.000 han perdido la vida en el Ecuador en lo que va del año.

El término misoginia ha sido usado en el léxico del feminismo desde el trabajo de Andrea Dworkin, Woman hating, en 1974. La autora, en él, habla sobre el profundo y arraigado prejuicio de la sociedad que ve a las mujeres como despreciables. En sus palabras: “Se nos menosprecia [...]. Somos víctimas de una violencia continua, malévola y autorizada en contra nuestra”. Ese menosprecio es la misoginia.

Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que 1 de cada 3 de las mujeres y niñas en todo el mundo ha experimentado violencia física y/o sexual. Los abusos contra las mujeres causados por la misoginia son un fenómeno mundial que trasciende las fronteras de la edad, el nivel socioeconómico, la educación y la geografía. La violencia impacta profundamente la vida de las mujeres porque el miedo impide que prosigan su educación, trabajen o ejerzan sus derechos políticos y su voz.

Es vital apoyar a las mujeres y niñas que se enfrentan a la violencia asegurándose de que tengan acceso a la justicia, la vivienda y la protección. Para romper el ciclo de esta violencia, las intervenciones deben centrarse en el largo plazo cambiando las normas sociales discriminatorias; cerrando las brechas de género –en lo educativo, económico y social– y creando conciencia sobre ella. Esto debe estar acompañado de políticas innovadoras y agresivas que apunten a cambiar la cultura machista, como lograr que la voz de las mujeres se escuche y respete.

Se ha logrado avances en muchos frentes, como la reducción de brechas entre hombres y mujeres en la educación y en la participación política, pero ha habido inercia y estancamiento en otros, como en el laboral –acceso al empleo y diferencia de salarios–. Un esfuerzo mucho mayor es necesario para romper los patrones de violencia que afectan profundamente a muchas comunidades y conseguir que dejen de perpetuarse de generación en generación.

La violencia contra las mujeres es un importante problema de salud pública arraigado en la desigualdad de género, y es una grave violación de los derechos humanos que afecta la vida y la salud de millones de mujeres y niñas.

Con el objetivo de poner fin a la violencia contra las mujeres, en 2019, la ONU desarrolló un marco de acción para los formuladores de política sobre la prevención de la violencia contra las mujeres que se llama RESPETO. Las letras corresponden a las estrategias de acción que deben tomar las autoridades para lograr disminuir la violencia contra la mujer:

- Relaciones mejoradas: la familia adquiere habilidades para resolver sus problemas mediante la capacitación.

- Empoderamiento económico y social de la mujer.

- Servicios médicos y psicosociales de atención a las víctimas.

- Pobreza reducida.

- Entornos seguros libres de violencia.

- Trabajo de prevención del abuso de niñas, niños y adolescentes.

- Obtención de un cambio en las actitudes, las creencias y las normas.

Entre los ejemplos de intervenciones exitosas están: 1. las psicológicas para supervivientes de la violencia infligida por la pareja; 2. la movilización comunitaria para cambiar las normas de género desiguales; 3. los programas escolares que: mejoran la seguridad en las escuelas, reducen/eliminan los castigos severos, desafían los estereotipos de género y promueven relaciones basadas en la igualdad y el consenso, y 4. la educación participativa de mujeres y hombres para generar reflexiones sobre las relaciones desiguales de poder de género.

En todo caso, para lograr un cambio duradero es importante promulgar y hacer cumplir la legislación; desarrollar e implementar políticas que promuevan la igualdad de género, y asignar recursos a la prevención y respuesta, lo mismo que a las organizaciones de derechos de la mujer.

Esperemos que el programa “De la indignación a la acción”, puesto en marcha por el presidente Lasso, tenga éxito y ayude a reducir el criminal asesinato a las mujeres. El acto de inauguración solo se vió opacado por la desafortunada intervención de la esposa del Presidente, quien dijo: “No somos víctimas de nadie, solo de nosotras mismas si nos dejamos”. Esperemos que en el tiempo en el que María de Lourdes esté en lugar tan prominente aprenda del dolor de las víctimas y de sus familiares causado por la violencia estructural, por la misoginia. Todos debemos aprender para cambiar esta tenebrosa realidad de destrucción y muerte.

 

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media