Desde mi punto de vista, el problema N° 1 de Ecuador y de la humanidad no es ninguno de los que se encuentran en la lista siguiente: la miserable vida de la pobreza y extrema pobreza de la población; el desastre progresivo del planeta por el cambio climático; la discriminación y violencia del machismo sobre las mujeres; la inseguridad, delincuencia y corrupción en muchas sociedades; la migración hacia las ciudades y países del primer mundo por mejores condiciones de vida; la egoísta concentración de la riqueza en pocas personas.
El problema N° 1 de Ecuador y de la humanidad es la pésima y mala educación en la mayor parte de los países que no permite que sus habitantes se encuentren capacitados para desenvolverse en trabajos que requieren conocimientos científicos y habilidades tecnológicas de niveles medios; además, que tengan una ética intachable, una visión integrativa de la realidad y un compromiso solidario para con los demás.
Si la totalidad de la población del planeta recibiera una educación integral excelente al límite de sus potencialidades físicas, emocionales, intelectuales, sociales y espirituales, no existirían los problemas mencionados, que son consecuencia de una falta de educación (analfabetismo) y de una mala y pésima educación (deformación ética y alienación frente al trabajo).
Para romper el círculo vicioso de los problemas mencionados, los gobiernos nacionales, provinciales y municipales deben invertir prioritariamente en una excelente educación y capacitación permanente a toda la población, sin excepciones, en caso contrario se perpetúan los graves problemas mencionados.
En la educación integral el componente más importante es la ética. Todos los aspectos de la educación pueden alcanzar un excelente desarrollo, pero sin la ética está garantizada la destrucción de Ecuador y la humanidad. Mientras no exista conciencia y acciones en el problema principal, continuará nuestra destrucción. (O)
