Frente a situaciones de opresión y exclusión, el arte, muchas veces, es una respuesta, siendo el slam uno de los espacios donde muchos jóvenes que quedan apartados de los sistemas de comunicación masivos toman la palabra. Pedro Echegoyen, quien junto a Paula Impala lleva a cabo torneos de poesía performática en Quilmes, manifiesta que “vivimos en un país en el que hay muchas voces calladas a la fuerza y organizar tales encuentros es una de las formas en las que esas voces se fortalecen y se hacen escuchar”.
De lo que se trata es de un evento en el que cada participante tiene como máximo 3 minutos 20 segundos para leer un texto de su autoría en un escenario. Los evaluadores de las interpretaciones son los espectadores. Pedro cuenta que, en Argentina, actualmente se realizan unas 15 manifestaciones artísticas mensuales de este tipo en diferentes provincias. “En todos lados surgen historias. Solo hay que estar atento y hallar la forma de decir eso que pasa. Redactamos, entre otras cuestiones, sobre la política, el amor, la muerte, la comida, las redes sociales”.
La comunicación no es un mero intercambio de información ni se da fuera de un contexto, sino en un marco determinado de la estructura social. En un momento en el que las juventudes en Argentina se encuentran movilizándose en relación con la defensa de derechos básicos, los certámenes mencionados son un sitio más de manifestación.
Los concursos son una especie de ritual. Como expone Pedro, “cada vez veo más pibes compitiendo o asistiendo. Hay quienes tienen intérpretes orales preferidos y los van a ver especialmente. No solo se los reconoce con chasquidos, también aplausos, ovaciones de pie y hasta canciones como las de la cancha. No hay nada que envidiarles a los boliches”.
Alexander Blok, poeta ruso, expresaba que “el poeta crea la armonía partiendo del caos”. En relación con ello, mientras que Paula considera entender al arte como verbo y no como sustantivo, Pedro piensa que “no hace falta ser Sherlock Holmes para notar la gran cantidad de catástrofes que produjo y, aún, hace la humanidad”, pero que actividades como las que él y su compañera llevan adelante recorren el camino opuesto: tienen comienzo en las ruinas y terminan en algo hermoso. (O)
