Ya no tiene sentido hablar sobre la forma como cayeron todas las perspectivas de empleo que fue motivo de muchas promesas de campaña y que no se han cumplido. Los países de bajos ingresos, como el nuestro, encaran problemas para generar empleo que van más allá del desempleo como se conoce en los países de economía de más altos ingresos.
Un gran número de nuestros conciudadanos cubren sus necesidades básicas mediante la agricultura precaria, la pesca artesanal y aun mediante la cacería que todavía queda en algunas regiones. Lo poco que obtienen hacen trueque con sus pares y eventualmente obtienen empleos muy temporales que son pagados rara vez con dinero, pues normalmente reciben algo de comida y alojamiento.
Pero también encontramos que muchos han elegido el comercio informal, vendiendo de todo en las esquinas de nuestras ciudades y en los mercados populares; o en su defecto son “cuidadores de carros” o taxistas informales, con lo que enmascaran la falta de trabajo. No se los considera “desempleados” en el sentido con el que se conoce en Estados Unidos o Europa, pero de ninguna manera están empleados bajo un régimen salarial permanente. Pero ya nos hemos acostumbrado a vivir con esta lacerante realidad.
Ahora estamos además enfrentando al desempleo causado por una recesión económica en la cual no podemos aplicar la antigua receta del modelo keynesiano que establece políticas monetarias expansionistas para incrementar la cantidad de dinero en la calle y el crédito, bajando las tasas de interés e incrementando la demanda agregada. Pero debemos tomar en cuenta que estamos dolarizados.
En una recesión hay muy poco peligro de una corrida inflacionaria; de hecho, estamos ante varios meses de deflación. Esto solamente lo podríamos hacer saliendo de la dolarización y fortificando un Banco Central que genere política monetaria. Y me parece que es muy complicado y realmente impopular. Nos quedaría la política fiscal con los llamados estabilizadores automáticos (recurrir al Fondo Monetario Internacional y seguir endeudándonos) aceptando mantener grandes déficits fiscales.
Parece que el Gobierno trata de adoptar una política fiscal discrecional que involucra reducción de impuestos (que beneficia al empresario) y de alguna manera mantener el gasto fiscal. Pero esto no puede ser permanente y demanda de un tremendo cuidado. Cualquiera que sea el camino que tomemos, debemos hacerlo ya, pues el desempleo es realmente una plaga. (O)
