La segunda vuelta electoral en Perú el próximo mes de junio enfrentará a Keiko Fujimori y Pedro Castillo, pero ¿hay alguna diferencia entre ambos? los rasgos conservadores de sus principios partidarios y propuestas presidenciales parecen decir que no.
Tanto el partido Fuerza Popular (FP) con su candidata presidencial Keiko Fujimori y el partido Perú Libre (PL) con su candidato Pedro Castillo tienen un halo conservador. La posibilidad de una agenda de género y de medio ambiente brillan por su ausencia. Ambos partidos se presentan como contrarios al aborto, pro familia tradicional, afines a doctrinas de seguridad severas y a modelos de desarrollo extractivista.
Las propuestas de Fujimori y de Castillo declaran ser contrarias a la incorporación de la Educación Sexual Integral, ambos afirman que la educación es responsabilidad de los padres, un argumento muy en sintonía con el movimiento “Con mis hijos no te metas” .En consecuencia, se priva de forma perversa el derecho que tiene una niña (o) de contar con espacios seguros para poder identificar y nombrar un intento o hecho de abuso o agresión sexual en contra suya,con lo que también se vulnera su derecho a ser protegida(o).Esta posición significa un golpe directo contra ellas,si tomamos en cuenta que el pasado 2020 se registraron al menos 5 niñas al día obligadas a dar a luz, 268 niñas menores de 14 años que fueron obligadas a parir y ser madres, 287 de denuncias y casos de violaciones contra menores de edad ( Datos del CNV Min de Salud al 2020) Considere que estas cifras son de casos registrados, piense en la cantidad de casos que no llegan a denunciarse.
En cuanto a la economía, el partido FP, propone colocar más peso sobre las espaldas de las mujeres, considerándolas (al igual que en los 90) “el motor de los programas de reactivación económica en tiempos pandémicos”con lo que se hacen cómplices de la invisibilización de todas las tareas de cuidado y de activación económica que las mujeres peruanas llevan a cabo desde mucho antes del inicio de la crisis sanitaria.
Por su parte, el partido Perú Libre, presenta una caricatura de la “mujer socialista” como responsable de la producción económica, sintonizando con esta violencia simbólica machista de FP. Más delicado y peligroso aún es el vaciamiento de sentido que se hace de la propuesta feminista de “despatriarcalización”. A su vez la palabra feminista se sustituye en sus documentos con un tímido “femenino” resaltando la performática de la narrativa de la feminidad para evitar reconocer y afirmar el sustrato de lucha, militancia y reivindicación del movimiento.
En cuanto al modelo de desarrollo, la representación de Keiko afirma una “preocupación por el distanciamiento exacerbado entre la visión del agro y la minería”, con lo cuál confirma un modelo de desarrollo extractivista, resolución fatal por las consecuencias sociales y ambientales que implica la mega minería en este país, mientras, el partido de Pedro Castillo, no manifiesta una intención de abandonar el patrón extractivista si no que propone la estatización de empresas extractivas, aunque no declara cómo piensa hacer esto.
Finalmente, la propuesta del Fujimorato se mantiene fiel a sus principios de honrar las fuerzas de seguridad a título de defensa contra el terrorismo. Por su parte Perú Libre, de Pedro Castillo, responsabiliza de la inseguridad al centralismo económico de Lima y señala a la inmigración y la migración como los responsables de la misma, alentando así a la xenofobia y discriminación.
El futuro del Perú es dramático, ahora se juega la presidencia el ala más dura de la derecha y el voto castigo a la vieja élite política con un partido periférico continuista reaccionario, así es casi seguro que quién gobierne este nuevo periodo sea el más alto conservadurismo, enemigo y asesino de las niñas y mujeres, del medio ambiente y de los subalternos. (O)
