Luego de una escalada vertiginosa de conflicto en medio oriente y de centenares de muertos del lado Palestino, el grupo Hamás presentó una propuesta de alto al fuego el 13 de mayo, sin embargo fue recién hasta el 20 de mayo que el presidente de Israel Benjamín Netanyahu aceptó la propuesta. Ya para esta fecha el Ministerio de Salud de Gaza informó de la muerte de 232 palestinos y 12 israelíes por causa de los enfrentamientos.
Este conflicto armado de larga data, de agendas dinámicas, de múltiples mapas sobre el territorio, tiene entre sus profundas raíces el proyecto sionista de un Estado Israelí configurado desde una única religión, la judía, como criterio de ciudadanía, que se instala dentro de un territorio, el palestino, que se define como Estado laico. Con este fin, el proyecto sionista ha instalado muros resguardados en todo el territorio palestino, logrando el desplazamiento progresivo de esta población.
Al respecto Human Rights Watch y la ONG israelí B’Tselem en informes presentados en estos días, coinciden en que las acciones de Israel pueden calificarse como crímenes de “apartheid” contra el pueblo palestino, sin embargo esta no es una novedad, la limpieza étnica palestina tiene larga data, sobre todo desde su escalada en junio-septiembre de 1948 y las consecuentes instalaciones de fortalezas israelíes hasta el verano de 1949, periodo de tiempo en el 85% de los palestinos pasaron a ser “refugiados” en sus propias tierras, también fue el tiempo en el que enormes procesiones humanas palestinas compuestas por mujeres y niños caminaron hacia el norte para alejarse de la violencia.
En este periodo también se podían ver poblaciones palestinas que compartían el espacio con los israelíes, sin embargo esta situación no duraría mucho, Haifa es un ejemplo, con un ultimátum de cuatro días para abandonar sus hogares y luego del constante acoso, la población tuvo que abandonar sus propiedades.
El desplazamiento, la violencia , la muerte y el racismo no son los únicos enemigos del pueblo Palestino,ellos libran también otras batallas igual de duras, me refiero a la lucha por la memoria y la batalla por los sentidos, lucha en la que su humanidad en grandes emporios mediáticos se reduce a adjetivos fuertes,peyorativos. A pesar de esto las voces de resistencia palestina aún se dejan escuchar en distintas formas, una de ellas la de Raffef Ziadha que ante los sound bites mediáticos que la acusan de enseñar odio a sus hijos, ella responde enfática: ¡Nosotros enseñamos vida señor!
