Son siete las naciones con mujeres al frente que se han destacado por su temprana intervención ante la crisis actual. Angela Merkel, física de formación y canciller de su país, tomó medidas inmediatas para enfrentar la pandemia. Con la seriedad que la caracteriza y sin generar pánico, indicó a la ciudadanía, que el covi19 era un asunto que debía ser tomado en serio. En Alemania se realizó un número importante de tests a la población mucho antes que otras regiones. Las acciones implementadas por Merkel la posicionaron en lo más alto del ranking mundial en la lucha contra el covid-19.
Portavoz de su partido en ámbitos de cultura, medios de comunicación e igualdad de género, la socialdemócrata y primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reaccionó con prontitud, cerrando fronteras antes que sus vecinos.
Sanna Marin, primera ministra finlandesa, ha sido destacada por su gestión ante la pandemia. El suministro de parte de la Agencia Nacional de Abastecimiento de Emergencia para enfrentar crisis, le permitió disponer de los equipos necesarios para tratar a los pacientes. Marin recurrió también a influencers y los hizo agentes sociales en la batalla contra el coronavirus.
Como una estrategia "única en el mundo" fueron destacadas las acciones implementadas en Islandia, país que ofreció test de coronavirus a toda su población, lo cual le ha permitido hasta el momento a su primera ministra, Katrín Jakobsdóttir, mantener a raya al covid19.
Previsión y manejo adecuado de los tiempos han sido las claves para Noruega, país en el que se aplicaron medidas estrictas desde una fase temprana del brote. El país nórdico fue uno de los primeros de Europa en reaccionar a la pandemia desde que se detectó el primer caso nacional. A ello se suman acciones originales por parte de la primera ministra, Erna Solberg, como conferencias de prensa dirigidas a niños, que han sido determinantes y vistas como acciones innovadoras y que han demostrado gran empatía de las autoridades ante la ciudadanía.
El caso de Nueva Zelanda es uno de los más comentados. La estrategia de su primera ministra, Jacinda Ardern, consistió en eliminar la curva contagios al contrario de aplanarla, como sucedió en otros países. Para ello, tomó medidas tempranas y estrictas, imponiendo el confinamiento cuando apenas había seis casos confirmados en ese país. Expertos han identificado estas medidas como una respuesta "exitosa y magistral" ante la pandemia.
El Gobierno chino aún no había bloqueado Wuhan, sin embargo, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ya había tomado la decisión de suspender todos los vuelos procedentes de esa ciudad a finales de diciembre. Adicional a ello, la mandataria puso en marcha en el mes de enero un paquete de 124 medidas para detener el avance del virus sin recurrir al confinamiento.
Son varios los elementos qué han incidido el éxito de estos países entre los que se destacan el encarar la pandemia con la verdad, actuar con rapidez sin recurrir al discurso del pánico, el buen uso de la tecnología, el fomento de la empatía y la solidaridad al comunicarse con la población. A ello se suma la solidez de las instituciones, que gozan de credibilidad ciudadana y en donde los discursos generados por sus líderes calzan en la población. Son algunas las lecciones que líderes del mundo deberán tomar en cuenta en el transcurso de esta compleja coyuntura. (O)
