Debemos pensar cuáles son los discursos que ensucian la soberanía del pueblo, ¿Sacar oro de celulares viejos?
Creo que no hay candidato a presidente que sea bueno. Sin embargo, debemos detenernos para ver que no vayan a gobernar aquellos que estuvieron inmersos, hasta ahora, en escándalos insuperables y nefastos de corrupción. O los que quieren cambios a través de alguna estrategia violenta, porque eso nos dice que tienen a la violencia como herramienta.
¿Desdolarizar? No me queda claro si eso verdaderamente querrán hacer algunos. Pero muchos de los candidatos nos insultan, y verán, es grave. Insultan la inteligencia de lo que suponen ellos es una sociedad ignorante. También nos insultan cuando medios de comunicación entrevistan a prófugos de la justicia sin interpelación alguna y dan, para suponer, que algo han de querer estos en relación al poder, poniendo su ética periodística a la venta a precio de gallina lánguida.
Los candidatos, entonces, que creen que el pueblo es torpe, delatan su posición de “superiores” en relación al pueblo, disfrazada con la falsedad de ser ellos quienes le representan. Lea bien: no existen las representaciones. Cada uno, cada individuo es representante de su estatus de cualquier índole y de su ser. Quien llegaría al poder solamente (debería ser así) es un operador en una maquinaria que debe saber qué necesidades tiene que satisfacer a la sociedad.
En fin, el hecho que haya tanto candidato significa atentar contra lo más elemental, que es el respeto al soberano: el pueblo, a cambio del suicidio de querer ser Presidente, ¿Para qué? Se ha demostrado hasta la saciedad, que a la sociedad se le sirve desde cualquier nicho sin necesidad de llegar al poder.
Ninguna de las propuestas de los candidatos es demasiado prometedora. Tampoco son estructurales o basadas en políticas urgentes. Propongo que lo primordial es impedir que gobiernen quienes se rifaron el dinero del terremoto del 2016, por citar un ejemplo: los que ya estuvieron.
Esta columna no es contra nadie. Es a favor de la alternancia y de candidatos que no tengan procesos judiciales.
