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El Telégrafo
Fredy Lobato

No hay democracia sin diversidad

13 de febrero de 2021 - 00:00

La participación histórica e inusual de casi una veintena de candidatos presidenciales por aproximadamente igual número de organizaciones políticas en un mar de otras 200 que existen en el país, ¿es el reflejo de una democratización radical del sistema? Ilusorio. Y aunque el fomento de movimientos o partidos no es endémico de Ecuador, lo que el sistema más refleja es justamente la ausencia de democracia y peor aún de representatividad del tejido diverso en esas agrupaciones, muchas de ellas “de alquiler”.

¿Dónde está la participación política diversa en esos “movimientos”, con propietarios involucrados en negociados con el Estado y otros “premiados” con organizaciones que se benefician de fondos públicos para hacer campaña, pero no sacan ni 0,5% de votos y, además, no practican la democracia debido a su complejidad?

La democracia no se corrige o mejora solo con más reformas constitucionales; sino también incluyendo a su diversidad. Y ahora tras las elecciones recientes, parece no tener más cabida la ausencia de debate o desconocimiento en los candidatos en temas como los relegados derechos LGBTI o de violencia de género.

El compromiso de líderes y organizaciones, debe ser con la igualdad, la libertad individual y proponer agendas de trabajo. Si no lo visibilizan o viran la cara en temas como paridad e igualdad de género, problemas étnicos, derechos LGBTI, aborto, la inclusión juvenil, discapacidades, etc., estos explotarán como olla de presión.

Organizar esta coexistencia humana, generalmente conflictiva, debe estar atravesada por lo político. El candidato presidencial liberal, paradójicamente es el más conservador. Su enfoque discursivo tiende a privatizar la diferencia, para dejarla al ámbito de lo personal; cuando eso la hace irrelevante para el Estado, mientras éste solo se ocupa del capital. No se puede esconder esas diferencias en la esfera pública, pues solo aumentará la marginación a grupos históricamente discriminados.

El reto liberal es radicalizar la democracia, visibilizar la demanda de derechos y participación de grupos excluidos en todas las organizaciones políticas, para un entendimiento integral como país. (O)

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