Arrancamos 2018 aparentemente metidos en toda clase de líos. La economía no anda bien. Nos agobia la corrupción. El Gobierno nos ha prometido bastante a base de diálogo y parece que se le hace difícil cumplir lo prometido. Hay una oposición que no debería serla y hay colaboradores que fueron oposición. Nadie acepta que nos pidan hacer un buen trabajo con malas herramientas. No hay duda de que Lenín estaba reluctante a ser candidato a la Presidencia. Su instinto le decía que no todo estaba bien y que había necesidad de mucho trabajo y eventualmente de un milagro para salir adelante. Pero felizmente aceptó el desafío y trata ahora de remontar vuelo.
Hay que reconocer que es necesario apreciar las ventajas inesperadas de tener que enfrentar un poco de líos y frustración. Así lo dice desde hace tiempo la psicología cognitiva, que enfrentar cierto tipo de obstáculos y dificultades en realidad puede mejorar nuestro rendimiento. Por supuesto que vamos a tener que trabajar un poco más arduamente y a pensar mucho más en lo que estamos haciendo, lo cual dará como resultado mayor productividad en todos los aspectos.
El Gobierno y todos nosotros vamos a tener un montón de distracciones que no podemos filtrarlas, lo cual nos obligará a estar más focalizados en lo que realmente importa para hacernos eventualmente más creativos. Estas distracciones son en realidad ayudas en nuestro proceso creativo. No se puede resolver todo tipo de problemas de una vez. Es necesario ir resolviéndolos paso a paso, planteando un prototipo, haciendo ajustes, probando cómo funcionan y haciendo mejoras. Este proceso nos da siempre ganancias marginales y, con el tiempo, una buena solución. Pero lamentablemente no tenemos tiempo y es posible que este proceso nos lleve a un callejón sin salida. Es por eso, que a pesar de ser un buen método para resolver problemas, es necesario meter algo de líos y frustración que añade aleatoriedad a este proceso desde el principio, lo que evita que nos enfrasquemos en largos proyectos y hace que nuestra resolución de los problemas sea más robusta. Es por eso que, para mí, es bienvenido un año tan complejo como 2018. (O)
