No basta con saber hacer tartaletas al estilo “Master Chef”, habrá que conocer cómo realizar envíos, los costos o la diversidad clientelar. Parece que no nos hemos dado cuenta, pero ante la crisis económica y mientras unos enloquecen perdiendo el tiempo quejándose, otros están aprovechando una oportunidad de oro.
Pero, “no me hagas el depósito a lo loco”, me decía una de las nuevas emprendedoras. Alguien en cambio, luego de que me dijo que sus productos son despachados los viernes, un miércoles y 15 minutos antes de que llegara el envío, me avisó que esté listo para recibirlo. No pude, por supuesto. Luego aludió que corría por mi cuenta retirar el producto con algún delivery. Le di un par de consejos a lo que me respondió: “clientes no me faltan”, y a regañadientes cumplió con lo que se acordó desde un inicio.
En otro caso, otro emprendedor neófito hizo todo lo posible por demorarse en entregarme la compra… es lo que parecía.
Aquello de emprender no es para todo el mundo, si no lo va a hacer bien, ni se aventure.
Propongo que, aunque se tenga poco, en esta época hay que ayudar a quienes emprenden y están buscando alguna forma de subsistir. Con mayor razón si son amistades o familiares (ahí se ven quiénes son), pero también a los desconocidos. Si no ha perdido su trabajo, consiguió uno o aumentaron sus ingresos, empiece a ver en qué puede darle la vuelta al dinero y deje de acapararlo.
Ejerciendo lo que profeso, he comprado comida y algunos productos que eventualmente conseguiría en un centro comercial o supermercado, pero me llevé más de una decepción.
Para que el emprendimiento surja hay que saber dar servicio al cliente y eso, estimado lector, es psicología pura. De esa manera algunos nuevos negocios perecerán antes de surgir, pero los que sí saben de lo que hablo, permanecerán.
Entre tantas ofertas también están los grandes emprendedores y que, al contactarles a través de sus redes sociales, te envían a un número o te redirigen a su página web. Adiós cliente. Si no supo cerrar la venta por la red social, el canal más rápido de comunicación, se la perdió. (O)
